Capítulo 23: No digas eso...

Necesitaba ese beso, una vez más sintiéndola mía, esa mujer que me había encantado desde que la vi, acariciando su espalda desnuda, sintiendo como ella me besaba como si fuera la última vez en nuestras vidas. Sentí que ella se separó.

Tu:- Eh, ¿Qué estamos haciendo? ¡Por Dios!- se separó demasiado rápido, parecía que estaba en shock - Míranos, besándonos tan... tan así, en ropa interior... Soy terrible...- se tomó la cabeza.

Joe:- Espera, no te sientas mal - me acerqué a abrazarla pero ella se quitó - Tranquila... ¿No entiendes que yo soy la persona que debe estar contigo?

Tu:- ¿Para qué?- me miró enojada - Me lastimaste...- sus ojos estaban cristalizados.
Joe:- No, por favor, no me digas eso, suena a que...- ella me interrumpió.
Tu:- Si, estoy enamorada de Nicholas - con sólo decir esas pocas palabras, mi corazón parecía rodar por el balcón y destrozarse contra el suelo. Pero a la vez, no le creía tan fácilmente.
Joe:- No te creo Daynie... No puedo creerte...- sacudí mi cabeza, tratando de volver en sí.

Tu:- Créeme... Es verdad...- se hacía la superada ante mí.

Joe:- Mentirosa.
Tu:- Mujeriego...- susurró friamente.
Me daban ganas de callarla de un beso, acercándome cada vez más, sin ver reacción de ella, que cada vez me enfrentaba más.
Joe:- Indecisa - le dije totalmente serio, viendo sus ojos ofendidos.
Tu:- ¿Cómo?¿Qué?¿Yo?... Cállate- sus ojos parecían entristecerse. La había lastimado.
Me quise retractar, sintiéndome realmente mal... No podía lastimarla así por el simple hecho de que me decía algo tan erróneo como que estaba enamorada de mi hermano.
Joe:- Perdóname...- la tomé sorpresivamente en mis brazos. Ella no se soltó, al contrario, se había aferrado mucho más.
Tu:- No me digas más eso...- la escuché en mi pecho, sintiendo sus manos haciéndome pequeñas caricias en mi pecho, sintiendo que sus manos cada vez tenían más confianza, vi como ella subió su vista a milímetros de mi cara.
Joe:- Me estás mirando perfectamente como quería que lo hagas...- le sonreí y puse una de mis manos en su rostro, apartando su cabello.
Sólo pude besarla de nuevo, viendo como ella me sentaba en el banco de su balcón y se sentaba encima mío... Era todo tan hermoso, tan candente y sumamente esperado...
Joe:-¿Qué haces? - le pregunté entre besos.
Tu:- No lo sé, pero siento que esto es lo correcto...

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