- ¿Por qué hiciste eso? - sin aliento, todavía próximo a mis labios, musitó en shock.
Lo único que podía y quería hacer era sonreírle. Suavemente, su mano acariciaba mi rostro, mientras sus ojos seguían perfectamente fijos a los míos.
- Creo que es hora de que me vaya...- me levanté rápidamente de su lado, acomodándome la ropa, casi queriendo escapar de esa situación. Él me tomó la mano.
- No, por favor - dijo devastado - No te vayas...
- Pero tú debes irte también, es tarde y tengo cosas que hacer...- se paró y me enfrentó, otra vez con su boca a centímetros de la mía.
- Dime cuáles son esos planes y me iré sin decir nada al respecto.
Tenía el arte de dejarme espasamada ante su voz, pero tenía que enfrentar todo sentimiento.
- Tengo que salir con unas amigas...
- Mentira - exclamó un poco molesto - No tienes amigas en la ciudad...- me tomó la mano suavemente y se la llevó a su boca.
Quedé mirándolo, sintiendo sus besos bajo mi piel que se erizaba con el mínimo toque de él.
- No sabes nada sobre mi vida... Hace meses no sabes nada de mi - traté de alejarme, pero Joseph estaba seguro de que desistiría.
- Te necesito, Dayns. Estoy destruído, vivo en una vida sin sentido, gris, todo a mi alrededor me está destruyendo...- sus ojos se ensombrecieron de golpe como cuando tenía el arma en sus manos.
- Yo no soy la indicada para ayudarte - objeté confundida, percibiendo que el dolor de rechazarlo me estaba haciendo muhco daño.
Joseph había soltado mi mano con un aire resignado.
- Tengo miedo de volver a caer en la tentación...- miró disimuladamente el arma sobre el estante. Me acerqué nerviosa hacia él antes de que la tome en sus dedos.
- ¡Nooo! - dije desesperada por lo que veía en sus pupilas era algo sanguinario, algo que nunca habiasto. Se lo estaba consumiendo un tipo de depresión, algo que mataba cada rastro de su forma de ser, casi quedando como una sombra entre la gente.
- Déjame, no quiero vivir para verme casado con Susan, ni para tener que vivir lejos de ti mientras encuentras a alguien más y vives tu vida sin mi...- estaba nervioso, sus ojos sollozaban. Era un momento turbio y extremadamente triste.
- No te cases con ella...- se escapó de mi boca. Eso era lo que más quería.
- Lo her pensado, pero su familia es muy conservadora - bajó sus ojos al suelo. Se veía que no daba más con nada, no tenía energía ni para respirar y eso me preocupaba.
No dudé en hacer lo que sentía, buscando de nuevo con mis labios los suyos... Lo abracé desde el cuello y callé todo... Por un momento, sólo éramos nosotros...
Me besaba con tanta exigencia y necesidad, pegándome hacia él con sus brazos que recorrían mi cintura. Era una de las cosas que más necesitaba y al fin, después de tanto tiempo, lo tenía conmigo...
Aunque la idea sonaba un tanto loca, acepté que me acompañe a mi casa.
Me llevó en su auto, tomados de la mano...
- ¿Y qué harás con Sue? - todo no era un cuento de hadas.
- Nada, todavía no tengo nada pensado más que estar contigo....- eso me trajo una sensación muy linda, pero estaba preocupada. Él tenía un hijo en camino y yo no quería separarlos, sé que Susan si se enterara de que estaba con él, no lo dejaría ni ver al bebé...
- Pero... ¿Y tu bebé? - lo miré tristemente.
- En estas circunstancias, no sé si es mío... Tengo mis dudas. A Sue la llaman mucho y son muy enigmáticas esas llamadas, no me quiere decir quiénes son los que no dejan su celular en paz, se pone nerviosa y cambia de tema...- se veía tan afligido.
- No puedo objetar nada, no es de mi incombencia.
- Mejor, olvidémosnos de ella por unas horas y disfrutemos de estar juntos...- me besó con ternura y bajó del auto. Habíamos llegado a mi casa...
Sigan leyendo y Comenten lindo :D
Este espacio es para toda persona interesada en expresar lo que siente hacia nuestra banda favorita y también para toda chico/a que quiera comentar o decir algo, hasta poder publicar alguna cosa que quiera. No es un sitio para insultar los ideales que conforman mi vida y este Blog, ni de los demás como no lo voy a hacer YO... Por favor, abstenerse a la agresión u comentarios ofensivos sobre lo escrito. Gracias por su atención y espero que LES GUSTE!♥
30 de abril de 2011
Capítulo 33: Remordimientos sin sentido
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12 de abril de 2011
Capítulo 32: El silencio del dolor
No faltaba mucho para volver a mi casa. Eso lo necesitaba junto a un calmante para el dolor de cabeza. La empresa parecía estar tranquila para ser martes, pero eso no me preocupaba mucho, al contrario, me ponía más calma y a pensar en otras cosas.
Ni bien terminé los últimos toques para mi balnce del mes, mientras apagaba la computadora, escuché un ruido fulminantemente estruendoso y terrorífico como... un arma...
Había sonado ese disparo como si hubiera sido en mi piso, asomándome por la puerta y sin encontrar a nadie, tan sólo la oficina de Joseph prendida... Un mal presentimiento se pasó por mi mente. Corrí hacia su puerta y al querer abrirla, estaba cerrada. La desesperación me empezaba a bombear por todo el cuerpo.
Tu:- ¡Joseph! - grité golpeando la gruesa puerta de madera con mi puño - ¿Estás ahí? - nadie contestaba. Volteé para ver si alguien pasaba por allí, pero parecía que nadie se había quedado. Empecé a golpear más fuerte y no había respuestas - Por favor, abre la maldita puerta - no sabía por qué, las lágrimas empezaban a invadirme el rostro, el miedo a lo que se me venía a la mente y todo tipo de mala sensación a causa de ese espantoso ruido de disparo... Rezaba para que no haya sido adentro de esas cuatro paredes, sólo necesitaba estar tranquila... Tomé el celular, mientras mis manos temblaban de miedo, marcando su número... Él no contestaba y lo peor era que estaba prendido...
Rendida y asustada, me dejé deslizar por la puerta, llorando de pánico:- Por favor, contéstame... Por favor...- repetía en llanto desconsolado, mientras todo parecía oscurecerse a la par de la noche. Quería que me contestara, que me dijera un "Hola" por lo menos, tenía miedo de lo que le pudiera suceder...- Joe, escúchame... Te amo. Si, como escuchaste...¡Te amo más de lo que crees, más de lo que ella te ama, más de lo que alguna vez creíste! Contéstame, dime que estás bien...- me ahogaba en desesperación, abrazando mis piernas en sollozo - Te amo, Joe...- dije con la voz temblada, casi imperceptible...
En eso, siento que la puerta se destraba... No dudé, aunque estaba aterrada, en pasar a la oficina de él... Entré despacio, las piernas parecían quebrarse de miedo, pero el alma me volvía al cuerpo...
Aunque fue muy shockeante verlo sentado en su alfombra, sin el saco y llorando como nunca lo había visto. Su cuerpo parecía exhausto, teniéndose la cabeza conuna mano y con la otra sosteniendo un revólver. Sus manos temblaban igual que las mías, estaba enojado, terriblemente en medio del cuarto... Estaba ahogado en sollozos fuertes...
Alzó los ojos ante los míos. Estaba tan aterrorizada con la imagen que veía, nunca me hubiera imaginado algo parecido. Su mirada perdida entre lágrimas y con la respiración agitada... Me dejé caer junto su cuerpo inmóvil, con la misma expresión de él, casi sin pestañear al mismo tiempo que trataba de quitarle el arma de su mano.
Tu:- Joe...- pude modular - Por favor, dame el revólver...- suavemente le imploré.
Tomé su mano casi en pánico, sintiendo el frío hierro de esa cosa desagradable, alejándome de él y mirando el cartucho... Estaba lleno, pero faltaba una bala... La dejé nerviosa sobre los estantes de carpetas y sin pensarlo, lo atrpé en mis brazos, arrodillada enfrente suyo. Él no parecía reaccionar pero yo necesitaba tenerlo conmigo, saber que estaba bien y que no había concretado una locura de la que ni yo hubiera sobrevivido.
Lentamente, aunque sin casi fuerzas, sus brazos me tomaron con sorpresa y en mi cuello, masculló dos palabras que me habían reconfortado.
Joe:- Te amo...- sus labios húmedos tomaron la piel de mi cuello. Toda esa escena era tan triste, pero habia sido una pesadilla hecha realidad. Tomé su rostro entre mis manos y le llené las mejillas y el cuello de besos, unos desesperados, dulces...
Tu:- Me has asustado ¿Qué se te pasó por la cabeza? - le murmuré con mis ojos fijos a los de él. No contestaba, me miraba con una depresión muy profunda en sus ojos.
Joe:- La simple idea...- respiró profundo mirando el suelo, cerrando sus ojos como si le costara decirlo. Tragó saliva y me volvió a observar con los ojos cristalizados - No esatr contigo me está matando lenta y dolorosamente...
Tu:- Pero no puedes hacerme esto...- cuando me dí cuenta de lo que dije, ya era tarde.
Él se quedó mirándome con asombro.
Joe:- Es que no quiero seguir viviendo si no eres tú la que esté a mi lado...- de vuelta, sus ojos se aguaban incesantemente en el silencio del piso totalmente vacío.
Tu:- Siempre va a estar el mismo problema en el medio, vas a ser padre - me paré tratando de volver a al realidad y los problemas que afectaban nuestra relación. Hizo lo mismo al ver mi reacción, fijándose a mis ojos.
Joe:- Lo sé, pero tengo la ligera sospecha que todo se ha vuelto una farsa en mi vida... Mi relación con Sue y hasta el hijo que lleva en su vientre - parecía decidido con sus decisiones. No entendía nada.
Tu:- No puedes decir esas cosas de tu propia mujer y menos decir algo parecido de tu hijo. Listo, no vale la pena ni matarte ni dejar a un pobre niño sin padre, ni dejarme sola a mi - acaricié su rostro con dulzura. Él me sonrió.
Joe:- Mi vida ya no tiene sentido: me caso con alguien que no amo, voy a ser padre de alguien que no sé si en verdad es mi hijo, no te tengo a ti, a mi familia...- me acercaba con cada estupidez que escuchaba de su boca, hasta silenciarlo con mis dedos y con un chisteo bajo. Joseph se quedó quieto, mirándome atónito.
Tu:- Sin ti, la vida de nadie tiene sentido...- mis labios cambiaron el lugar de mis dedos, con un sabor melancólico e inocente, adheridos como si estuviéramos cosidos, unidos... Ya no importaba respirar, no importaba nada más allá de sentirlo conmigo y amarlo como la primera vez, aunque sea con un beso...
Continuará...
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Ni bien terminé los últimos toques para mi balnce del mes, mientras apagaba la computadora, escuché un ruido fulminantemente estruendoso y terrorífico como... un arma...
Había sonado ese disparo como si hubiera sido en mi piso, asomándome por la puerta y sin encontrar a nadie, tan sólo la oficina de Joseph prendida... Un mal presentimiento se pasó por mi mente. Corrí hacia su puerta y al querer abrirla, estaba cerrada. La desesperación me empezaba a bombear por todo el cuerpo.
Tu:- ¡Joseph! - grité golpeando la gruesa puerta de madera con mi puño - ¿Estás ahí? - nadie contestaba. Volteé para ver si alguien pasaba por allí, pero parecía que nadie se había quedado. Empecé a golpear más fuerte y no había respuestas - Por favor, abre la maldita puerta - no sabía por qué, las lágrimas empezaban a invadirme el rostro, el miedo a lo que se me venía a la mente y todo tipo de mala sensación a causa de ese espantoso ruido de disparo... Rezaba para que no haya sido adentro de esas cuatro paredes, sólo necesitaba estar tranquila... Tomé el celular, mientras mis manos temblaban de miedo, marcando su número... Él no contestaba y lo peor era que estaba prendido...
Rendida y asustada, me dejé deslizar por la puerta, llorando de pánico:- Por favor, contéstame... Por favor...- repetía en llanto desconsolado, mientras todo parecía oscurecerse a la par de la noche. Quería que me contestara, que me dijera un "Hola" por lo menos, tenía miedo de lo que le pudiera suceder...- Joe, escúchame... Te amo. Si, como escuchaste...¡Te amo más de lo que crees, más de lo que ella te ama, más de lo que alguna vez creíste! Contéstame, dime que estás bien...- me ahogaba en desesperación, abrazando mis piernas en sollozo - Te amo, Joe...- dije con la voz temblada, casi imperceptible...
En eso, siento que la puerta se destraba... No dudé, aunque estaba aterrada, en pasar a la oficina de él... Entré despacio, las piernas parecían quebrarse de miedo, pero el alma me volvía al cuerpo...
Aunque fue muy shockeante verlo sentado en su alfombra, sin el saco y llorando como nunca lo había visto. Su cuerpo parecía exhausto, teniéndose la cabeza conuna mano y con la otra sosteniendo un revólver. Sus manos temblaban igual que las mías, estaba enojado, terriblemente en medio del cuarto... Estaba ahogado en sollozos fuertes...
Alzó los ojos ante los míos. Estaba tan aterrorizada con la imagen que veía, nunca me hubiera imaginado algo parecido. Su mirada perdida entre lágrimas y con la respiración agitada... Me dejé caer junto su cuerpo inmóvil, con la misma expresión de él, casi sin pestañear al mismo tiempo que trataba de quitarle el arma de su mano.
Tu:- Joe...- pude modular - Por favor, dame el revólver...- suavemente le imploré.
Tomé su mano casi en pánico, sintiendo el frío hierro de esa cosa desagradable, alejándome de él y mirando el cartucho... Estaba lleno, pero faltaba una bala... La dejé nerviosa sobre los estantes de carpetas y sin pensarlo, lo atrpé en mis brazos, arrodillada enfrente suyo. Él no parecía reaccionar pero yo necesitaba tenerlo conmigo, saber que estaba bien y que no había concretado una locura de la que ni yo hubiera sobrevivido.
Lentamente, aunque sin casi fuerzas, sus brazos me tomaron con sorpresa y en mi cuello, masculló dos palabras que me habían reconfortado.
Joe:- Te amo...- sus labios húmedos tomaron la piel de mi cuello. Toda esa escena era tan triste, pero habia sido una pesadilla hecha realidad. Tomé su rostro entre mis manos y le llené las mejillas y el cuello de besos, unos desesperados, dulces...
Tu:- Me has asustado ¿Qué se te pasó por la cabeza? - le murmuré con mis ojos fijos a los de él. No contestaba, me miraba con una depresión muy profunda en sus ojos.
Joe:- La simple idea...- respiró profundo mirando el suelo, cerrando sus ojos como si le costara decirlo. Tragó saliva y me volvió a observar con los ojos cristalizados - No esatr contigo me está matando lenta y dolorosamente...
Tu:- Pero no puedes hacerme esto...- cuando me dí cuenta de lo que dije, ya era tarde.
Él se quedó mirándome con asombro.
Joe:- Es que no quiero seguir viviendo si no eres tú la que esté a mi lado...- de vuelta, sus ojos se aguaban incesantemente en el silencio del piso totalmente vacío.
Tu:- Siempre va a estar el mismo problema en el medio, vas a ser padre - me paré tratando de volver a al realidad y los problemas que afectaban nuestra relación. Hizo lo mismo al ver mi reacción, fijándose a mis ojos.
Joe:- Lo sé, pero tengo la ligera sospecha que todo se ha vuelto una farsa en mi vida... Mi relación con Sue y hasta el hijo que lleva en su vientre - parecía decidido con sus decisiones. No entendía nada.
Tu:- No puedes decir esas cosas de tu propia mujer y menos decir algo parecido de tu hijo. Listo, no vale la pena ni matarte ni dejar a un pobre niño sin padre, ni dejarme sola a mi - acaricié su rostro con dulzura. Él me sonrió.
Joe:- Mi vida ya no tiene sentido: me caso con alguien que no amo, voy a ser padre de alguien que no sé si en verdad es mi hijo, no te tengo a ti, a mi familia...- me acercaba con cada estupidez que escuchaba de su boca, hasta silenciarlo con mis dedos y con un chisteo bajo. Joseph se quedó quieto, mirándome atónito.
Tu:- Sin ti, la vida de nadie tiene sentido...- mis labios cambiaron el lugar de mis dedos, con un sabor melancólico e inocente, adheridos como si estuviéramos cosidos, unidos... Ya no importaba respirar, no importaba nada más allá de sentirlo conmigo y amarlo como la primera vez, aunque sea con un beso...
Continuará...
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11 de abril de 2011
Capítulo 31: Resolución determinada...
"...Parecía que todo estaba actuado, que me lo hacían a propósito, pero no podía decir eso de Kevin, ya que sabía que era sincero en todo sentido. Pero Joseph en esa fiesta junto a su mujer, me había roto el corazón. Nunca la había visto a Susan y justamente un día de descanso, en el que no quiero pensar en ella, aparece besuqueándose con él...
Entre insultos, empecé a dirigirme al auto de Kevin, pensando que él venía atrás mío. La calle estaba toda vacía y callada, mientras mi llanto era constante y desgarrador.
Nunca vino Kevin, pero entre todas esas lágrimas, apareció alguien más...
- No llores, por favor...- al levantar la vista, lo ví a él , tan hermosamente como siempre y con esos ojos que me hacían llorar más en ese momento. Las palabras no salían de mi boca, pero mi mente decía que quería que se largara.
- Jo-Joseph...- dije acongojada y destruída. Él me calló dulcemente, con la voz baja y su tono ronco.
- Por favor, no hables, sólo mírame...- me tomó el rostro entre sus manos, levantando mis pupilas hacia esa mirada... Ese no era Joseph, esa no era su perpicaz mirada... Se notaba el cambio que se había ocasionado en sus ojos, que ahora, eran opacos, frívolos y serios ¿Kevin tenía razón?¿Él había cambiado...?
- No quiero...- traté de ser fuerte, pero con sólo observarlo una milésima de segundo, mi mundo se derrumbaba - No debo estar aquí y menos contigo...
- ¿Piensas que sólo tú tendrás problemas? Estoy casí al borde de casarme con Susan y no puedo dejar de penar en ti. Te veo en todas partes, estás en la oficina con las piernas cruzadas y una tenue sonrisa, caminando por el puerto con la mirada pensante, los días que te quedas en el balcón mirando las estrellas... No puedo dejarte ir. Me estás consumiendo - decía Joe mientras quedaba estupefacta.
- ¿Qué quieres que haga?¿Que me muera para no molestar en tu vida? - todo se tornó tan ridículo y doloroso - No digas que te consumí, porque yo ya lo estoy desde el día que pasaste mi puerta...- mis lágrimas incesantes me recorrían junto al delineador en mi rostro, limpiándolo burdamente con las mangas de mi camisa. Enfrentada a él, todo lo que se me pasaba por la cabeza, parecía quemarse en mi pecho, como si fuera un incendio imparable de enojo y a la vez, tristeza.
- Nunca podría vivir si tu no lo haces - se acercaba nervioso, con los ojos cristalizados - Entiéndelo, odio el sólo no levantarme a tu lado todas las mañanas y en vez de ti, encontrarla a Sue... Pero...- bajó la cabeza.
-... Hay un hijo de por medio y las cosas no van a cambiar por nada, tienes que hacer lo correcto...- nuestras voces se encontraban más tranquilas, pero mi cabeza iba a cien kilómentros por hora. Se lo veía devastado y eso era peor que cualquier cosa en el mundo.
- No quiero casarme con la persona equivocada, Dayns...- escuchar una vez más mi seudónimo de su boca, me estremeció, contando también con lo que decía anteriormente.
- No es por querer, es por deber - pronuncié seria, mirándolo algo más controlada por fuera.
Se quedó en silencio.
- Ya no me amas...- posó sus ojos en los míos y pocamente me enfrentó, teniendo que batallar con las lágrimas que me provocaban esa errónea idea de él, al respecto de lo que sentía... Era más que amar, era indescriptible, pero tuve que voltear la cara e irme de su lado, llamando a Kevin mientras entraba a la fiesta... A mis espaldas, se escuchó un fuerte puñetazo sobre el auto, pero no podía volver a mirar, no sino quería seguir sufriendo..."
Ya era tiempo de dejarlo ir, pero la mejor idea era alejándome de él por completo. Ese trabajo era el mejor que había tenido en la vida, pero el más destructivo también... Mi segunda familia era lo más lindo que poseía, Nick, Kevin y Denise eran todo, pero no quería estar el día que Joseph se case con Susan o cuando sea padre. Mi cabeza era un globo terráqueo que giraba sin cesar... ¡Si, te amo mucho! le tendía que haber dicho, pero esta boca sabe cuando callar y más cuando dejar de decir estupideces... Él es el que no me debe amar y todo lo que estaba pasando lo justificaba... La forma en que la besa y la abraza es destructivamente para mí... amor.
- ¡Maldita sea! - la computadora parecía explotar, pero todo se decía a mi nerviosismo... La verdad que desde el día que volví a encontrarme cara a cara con Dayna, todo está revuelto, mi ánimo, mis pensamientos... No dejaba de soñar con ella, con sus brazos, sus labios... Hasta pasaba por su oficina cientos de veces para mirarla concentrada y tan bella, perdido en la idea de correr a poseerla una vez más... - ¡Todo anda mal, todo! - grité, arrojando fuertemente mi lapicera contra la puerta, rascándome la nuca y desajustando la corbata que parecía ahogarme... Me paré y me serví un vaso de Whisky triple y de un trago, desapareció del vaso... Mi garganta quemaba, pero no más que mi amor que se estaba consumiendo de tristeza. Terminé tirando la corbata sobre el sillón y desabotonando los tres primeros botones de mi camisa blanca... Otro vaso del dulce néctar borra tristezas llenó mi estómago... Nada importaba, ni yo ni nadie... Sólo la mujer que estaba sentada en ese momento en el escritorio de la oficina nº 13, con el cabello suelto, soltando su perfume de ámbar en cada suspiro en su oído, su piel pidiendo una caricia marcada de fuego, un contacto de ojos penetrante y dulce, un "te amo" sobre sus labios, una sonrisa compartida mientras la tienes unida a ti...
Eso era lo que más preciaba y lo que menos tenía...
Un suspiró triste, me dejó caer sobre en sillón... Ya rendido, decidí cerrar la puerta de mi gran oficina y abrir el seguro del último cajón de mi escritorio, cerrando los ojos con la simple idea de lo que se me ocurría...
Continuará...
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Entre insultos, empecé a dirigirme al auto de Kevin, pensando que él venía atrás mío. La calle estaba toda vacía y callada, mientras mi llanto era constante y desgarrador.
Nunca vino Kevin, pero entre todas esas lágrimas, apareció alguien más...
- No llores, por favor...- al levantar la vista, lo ví a él , tan hermosamente como siempre y con esos ojos que me hacían llorar más en ese momento. Las palabras no salían de mi boca, pero mi mente decía que quería que se largara.
- Jo-Joseph...- dije acongojada y destruída. Él me calló dulcemente, con la voz baja y su tono ronco.
- Por favor, no hables, sólo mírame...- me tomó el rostro entre sus manos, levantando mis pupilas hacia esa mirada... Ese no era Joseph, esa no era su perpicaz mirada... Se notaba el cambio que se había ocasionado en sus ojos, que ahora, eran opacos, frívolos y serios ¿Kevin tenía razón?¿Él había cambiado...?
- No quiero...- traté de ser fuerte, pero con sólo observarlo una milésima de segundo, mi mundo se derrumbaba - No debo estar aquí y menos contigo...
- ¿Piensas que sólo tú tendrás problemas? Estoy casí al borde de casarme con Susan y no puedo dejar de penar en ti. Te veo en todas partes, estás en la oficina con las piernas cruzadas y una tenue sonrisa, caminando por el puerto con la mirada pensante, los días que te quedas en el balcón mirando las estrellas... No puedo dejarte ir. Me estás consumiendo - decía Joe mientras quedaba estupefacta.
- ¿Qué quieres que haga?¿Que me muera para no molestar en tu vida? - todo se tornó tan ridículo y doloroso - No digas que te consumí, porque yo ya lo estoy desde el día que pasaste mi puerta...- mis lágrimas incesantes me recorrían junto al delineador en mi rostro, limpiándolo burdamente con las mangas de mi camisa. Enfrentada a él, todo lo que se me pasaba por la cabeza, parecía quemarse en mi pecho, como si fuera un incendio imparable de enojo y a la vez, tristeza.
- Nunca podría vivir si tu no lo haces - se acercaba nervioso, con los ojos cristalizados - Entiéndelo, odio el sólo no levantarme a tu lado todas las mañanas y en vez de ti, encontrarla a Sue... Pero...- bajó la cabeza.
-... Hay un hijo de por medio y las cosas no van a cambiar por nada, tienes que hacer lo correcto...- nuestras voces se encontraban más tranquilas, pero mi cabeza iba a cien kilómentros por hora. Se lo veía devastado y eso era peor que cualquier cosa en el mundo.
- No quiero casarme con la persona equivocada, Dayns...- escuchar una vez más mi seudónimo de su boca, me estremeció, contando también con lo que decía anteriormente.
- No es por querer, es por deber - pronuncié seria, mirándolo algo más controlada por fuera.
Se quedó en silencio.
- Ya no me amas...- posó sus ojos en los míos y pocamente me enfrentó, teniendo que batallar con las lágrimas que me provocaban esa errónea idea de él, al respecto de lo que sentía... Era más que amar, era indescriptible, pero tuve que voltear la cara e irme de su lado, llamando a Kevin mientras entraba a la fiesta... A mis espaldas, se escuchó un fuerte puñetazo sobre el auto, pero no podía volver a mirar, no sino quería seguir sufriendo..."
Ya era tiempo de dejarlo ir, pero la mejor idea era alejándome de él por completo. Ese trabajo era el mejor que había tenido en la vida, pero el más destructivo también... Mi segunda familia era lo más lindo que poseía, Nick, Kevin y Denise eran todo, pero no quería estar el día que Joseph se case con Susan o cuando sea padre. Mi cabeza era un globo terráqueo que giraba sin cesar... ¡Si, te amo mucho! le tendía que haber dicho, pero esta boca sabe cuando callar y más cuando dejar de decir estupideces... Él es el que no me debe amar y todo lo que estaba pasando lo justificaba... La forma en que la besa y la abraza es destructivamente para mí... amor.
- ¡Maldita sea! - la computadora parecía explotar, pero todo se decía a mi nerviosismo... La verdad que desde el día que volví a encontrarme cara a cara con Dayna, todo está revuelto, mi ánimo, mis pensamientos... No dejaba de soñar con ella, con sus brazos, sus labios... Hasta pasaba por su oficina cientos de veces para mirarla concentrada y tan bella, perdido en la idea de correr a poseerla una vez más... - ¡Todo anda mal, todo! - grité, arrojando fuertemente mi lapicera contra la puerta, rascándome la nuca y desajustando la corbata que parecía ahogarme... Me paré y me serví un vaso de Whisky triple y de un trago, desapareció del vaso... Mi garganta quemaba, pero no más que mi amor que se estaba consumiendo de tristeza. Terminé tirando la corbata sobre el sillón y desabotonando los tres primeros botones de mi camisa blanca... Otro vaso del dulce néctar borra tristezas llenó mi estómago... Nada importaba, ni yo ni nadie... Sólo la mujer que estaba sentada en ese momento en el escritorio de la oficina nº 13, con el cabello suelto, soltando su perfume de ámbar en cada suspiro en su oído, su piel pidiendo una caricia marcada de fuego, un contacto de ojos penetrante y dulce, un "te amo" sobre sus labios, una sonrisa compartida mientras la tienes unida a ti...
Eso era lo que más preciaba y lo que menos tenía...
Un suspiró triste, me dejó caer sobre en sillón... Ya rendido, decidí cerrar la puerta de mi gran oficina y abrir el seguro del último cajón de mi escritorio, cerrando los ojos con la simple idea de lo que se me ocurría...
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3 de abril de 2011
Capítulo 30: Todo me pasa a mí
Todo marchaba bien, el trabajo era algo común y estresante, pero debía hacerlo por mis impuestos y mi mantención. Lo único que dolía era verlo a él todos los días, caminando por enfrente de mi oficina y ver que no se voltea...
Hace casi dos meses que no hablo con Joseph y cada vez se hace más cotidiano, pero el corazón sigue doliendo como el primer día.
Verlo con su traje negro, con carpetas y tazas de café en la mano, subiendo y bajando por el ascensor, me dejaban tan atónita, pero siempre que lo veía, volvía a aparecer la imagen del peor día de mi vida...
" Un día como cualquiera, estaba en mi computadora terminando el resumen del mes pasado... Con sólo escuchar mes pasado se me hacía un nudo en el estómago y la palabra "bebé" me reboloteaba por la cabeza... Con tan sólo un insulto a Sue y con gran suspiro, tenía que seguir trabajando.
Kev:- Niña...- él siempre mantuvo la misma energía, la mima amistad que era lo que más necesitaba - no dudó en acercarse y abrazarme dulcemente, rodeándome en su pecho y con un suspiro entre dientes.
Tu:- Hola Kevin...- lo miré agobiada, cansada de todo.
Kev:- Por favor, tienes que estar mejor... No me gusta verte mal y menos por él - me había enterado que Joseph se había peleado con él, ya que cuando salió a la luz algo como ese embarazo, toda la casa colapsó. Joe, desde entonces, no lo veo nunca por su casa y cada tanto hablo con Denise.
Tu:- Intento, pero a veces, verlo me hace mal - él se sentó frente a mí, encima del escritorio - Con todo lo que me enamoré de él, va a ser difícil dejarlo y más si es con Susan...- su nombre me ponía agrasiva, pero no tenía toda la culpa.
Kev:- Calma, hagamos esto. Mañana, hay una fiesta en la casa de Fernando de Administración... Ven conmigo y sales un poco - siempre era tan considerado y bueno que me terminaba convenciendo.
Tu:- Está bien, me hará bien salir contigo - le sonreí dulcemente, viendo como él me la devolvía de la misma manera. Se paró del escritorio.
Kev:- Bueno, quiero un café y luego vuelvo a trabajar, ¿te traigo uno? - aplaudió y me miró. Asentí y le volví a sonreír. Era la única persona que me sacaba de ese pozo depresivo que me seguía a todas partes.
Salió por la puerta y tuve que seguir tipeando el resumen.
Era imposible no querer verla. Yo quería entar a su oficina, quería mirarla a los ojos, besarla hasta morirme en su boca de manera tal que sea mía para toda la vida... Pero no podía, tenía que dejar mi vida planeada con ella y empezarla con Susan aunque no quiera, ya que los padres de ella, me obligaron a tomar la responsabilidad y casarme como se debe con ella.
La necesitaba a Dayns, la extrañaba... Mi madre se había enojado conmigo por lo que había sucedido y con la simple idea de que tendría que casarme con ella, además de aceptarlo, me había echado de casa...
En realidad, quise irme y mi madre dijo que era lo mejor para Dayna y para mí, que ahora, tenía que empezar una nueva vida.
Susan estaba con licencia por maternidad y por suerte, no estaba en la Empresa, pero tenerla tan cerca a mi Dayns, me hacía mal.
Llegó la noche de viernes, estaba esperando a Kevin en el living ya vestida y emocionada por salir. Escuché la puerta y sólo pude abrirle con una amplia sonrisa, que a él, lo hizo ruborizar.
Kev:- Estás hermosa, Daynie...- me miró dulcemente, con una mezcla sensual y tierna.
Tu:- Gracias...- le dije tímida. Me ofreció su mano y la tomé con un esbozo calmo y sonriente.
Llegamos entre risas a la fiesta... Hace días no me sentía tan risueña, había llorado todas esas semanas que las había pasado tan sola y mal, había un espacio en mi cama que nadie iba a poder llenar en mi vida...
El salón de esa casa parecía la multitud de un recital, escuchando la música a todo lo que daba, tanto que retumbaban las paredes.
Kevin saludó con la mano a un grupo de gente. Eran todos mis compañeros de Áre, sonriendo y bailando como nunca los había visto. Sólo los conocía sentados en un escritorio, escribiendo en sus computadoras y tomando café...
Una de las chicas, de pelo negro casi como la noche y lacio perfecto, me sonrió asombrada. Se llamaba Julia.
Julia:- Srita. Bartney...- me miró amigable.
Me hizo reír por la forma en que me llamaba. Apoyé mi mano en su hombro.
Tu:- Dime Dayna... No estamos en la Empresa...- nos reíamos juntas.
Julia:- ¿Quieres algo de tomar? Hay cerveza, martinis, tequila... Lo que quieras en esta loca fiesta - tenía un buen humor y me encantaba su tombre de voz, veindo su manera tan perspicaz que poseía.
Con ella estaba uno de los del Sector 3 de Conducción, Lionel Gherid. Era un hombre de 30 años, pero parecía de imi edad, de pelo ondeado, corto y tez morena. Su voz era ronca y de fumador.
Lionel:- Déjate llevar por la diversión - me señaló él mientras bailaba en el lugar, como si quisiera correr con Julia al centro de la casa, a la concentración de descontrol y baile.
Parecían fiestas de secundaria.
Estaban los momentos tranquilos y también sitios así... Eso necesitaba, un lugar tranquilo.
Tu:- Kev...- se susurré en el oído sin que nadie escuche - Vamos hacia otro lado, no me gusta mucho el ruido...
Él me tomó de la mano y nos fuimos a los jardines. Había mucha gente allí, pero estaban hablando, riendo o capaz haciendo algunas cosas pecaminosas, pero estaba todo tranquilo...
Caminaba al lado de Kevin, sonriendo con las cosas que me contaba como cuando metía a Nicholas al armario y le decía que no salga porque lo atraparían los enanos de Blancanieves y él lo insultaba porque no creía en esas cosas... Yo me moría de risa, hasta que sin querer nombró a Joseph. Sabía que lo hacía a propósito.
Kev:- El peor era Joe. Siempre tan alegre y travieso. Mamá siempre andaba retándolo porque era inquieto... Lo sigue siendo o lo era - susurró pensante. Me quedé mirándolo.
Tu:- ¿Qué tratas de decirme?...- le advertí.
Kev:- Perdón Daynie, pero desde que no está contigo se equivoca en la Empresa, está caído, serio... No es el Joseph de siempre, es una anémona...- esta vez la palabra no me daba risa, sino que me cerraba la garganta.
Tu:- ¿Y yo? Lloro todas las noches al ver cómo nunca se prende la luz de su cuarto o cuando el celular está sin mensajes, cuando veo mi cama tan vacía cuando despierto y no lo veo allí, cuando tengo frío y no hay palabras ni abrazos que me reconforten... Estoy mal, Kevin y no hay nada qué hacer al respecto...- apoyé la palma de mi mano en mi rostro, escuchando el bombear de mi corazón con sólo pensar en él otra vez... Las lágrima querían salir y no sabía cómo resistirlas, pero no hubo caso... Se vislumbraba justamente a las espaldas de Kevin, un grupo de sieto u ocho personas de las cuales, dos las conocía, las conocía demasiado...
Ese pelo largo, esa desfachatez la conocía... La forma en que abrazaba a esa persona con tal acorralo que me ahogaba a mí y un abdomen que se asomaba pocamente, pero lo necesario apra ver que estaba embarazada... Era Susan, abrazando a Joseph, mientras que él, sostenía un vaso de Whisky y hablaba con una pareja de ese grupo, sosteniendo una agradable sonrisa. ¿Eso signifia que está triste? Eso no lo notaba, al contrario, tenía todo lo que siempre quiso... Pero yo no protagonizaba su sueño cumplido.
Tu:- Él estará bien, un hijo lo puede todo...- mis ojos se llenaron de lágrimas al ver cómo se besaban cortamente. Me hervía la sangre, se me oprimía el pecho y Kevin me miraba sin entenderme - Además, se lo ve bien con Susan - miré fija a la pareja que me estaba consumiendo el alma.
Kevin se volteó e insulto resignado. Me miró y vio que estaba mirándolos con tanta atención con los ojos hinchados y mojados.
Estaban tan juntos que era inevitable no querer gritar desesperada.
Kev:- Déjalos de ver, preciosa... No te mereces esto. Fue mi culpa traerte - vi como sus ojos bajaron.
Tu:- No es tu culpa, lo hiciste porque te importo. Sólo tengo mala suerte y el destino me está jugando sucio... Como desearía que Gaby nunca haya muerto, que nunca lo haya conocido a Joe... Desearía nunca haberlo amado tanto...- decidí irme de esa imagen tan abismal para mí, escuchando gritar a Kevin mi nombre a las espaldas...
Kev:- ¡DAYNA! ¡NO TE VAYAS!...
¡DAYNA! ¡NO TE VAYAS!... No sé si eso era un espejismo o un pensamiento mío, pero era claro...
Roté mi cabeza al escuchar ese grito familliar, viéndola a ella entrando a la casa... ¿Me había visto?¿Por qué se iba así?
Empecé a ver que estaba Kevin corriendo tras ella, pensando lo peor...
Joe (Pensando):- Kevin... No puede ser... ¿qué le habrá hecho? Juro que lo mato si le hizo algo que la lastimó - igual, no sé por qué pensaba así si no podía hacer nada al respecto... Escuchando como la voz de Susan atravesaba mis pensamientos...
Sue:- ¿Joe?¿Me escuchaste? - me miró confundida - Veo que no...
Joe:- Perdón, quedé pensante... ¿Qué pasó? - le dije todavía algo despejado.
Sue:- Estás raro - entrecerró los ojos, con la mirada fulminante - Bueno, lo que te dije fue que me siento algo mal... ¿Nos vamos? - suplicó algo patéticamente.
Joe:- ¿En serio? No me quiero ir, la estamos pasando bien - le sonreí, buscando su consentimiento.
Sue:- Lo sé, pero estoy con náuseas...- me miró con cara de niña caprichosa.
Me quería quedar más tiempo, ver qué estaba pasando en esa fiesta y que tenía que ver mi hermano Kevin con ella..."
Continuará... Sigan leyendo y Comenten :)
Hace casi dos meses que no hablo con Joseph y cada vez se hace más cotidiano, pero el corazón sigue doliendo como el primer día.
Verlo con su traje negro, con carpetas y tazas de café en la mano, subiendo y bajando por el ascensor, me dejaban tan atónita, pero siempre que lo veía, volvía a aparecer la imagen del peor día de mi vida...
" Un día como cualquiera, estaba en mi computadora terminando el resumen del mes pasado... Con sólo escuchar mes pasado se me hacía un nudo en el estómago y la palabra "bebé" me reboloteaba por la cabeza... Con tan sólo un insulto a Sue y con gran suspiro, tenía que seguir trabajando.
Kev:- Niña...- él siempre mantuvo la misma energía, la mima amistad que era lo que más necesitaba - no dudó en acercarse y abrazarme dulcemente, rodeándome en su pecho y con un suspiro entre dientes.
Tu:- Hola Kevin...- lo miré agobiada, cansada de todo.
Kev:- Por favor, tienes que estar mejor... No me gusta verte mal y menos por él - me había enterado que Joseph se había peleado con él, ya que cuando salió a la luz algo como ese embarazo, toda la casa colapsó. Joe, desde entonces, no lo veo nunca por su casa y cada tanto hablo con Denise.
Tu:- Intento, pero a veces, verlo me hace mal - él se sentó frente a mí, encima del escritorio - Con todo lo que me enamoré de él, va a ser difícil dejarlo y más si es con Susan...- su nombre me ponía agrasiva, pero no tenía toda la culpa.
Kev:- Calma, hagamos esto. Mañana, hay una fiesta en la casa de Fernando de Administración... Ven conmigo y sales un poco - siempre era tan considerado y bueno que me terminaba convenciendo.
Tu:- Está bien, me hará bien salir contigo - le sonreí dulcemente, viendo como él me la devolvía de la misma manera. Se paró del escritorio.
Kev:- Bueno, quiero un café y luego vuelvo a trabajar, ¿te traigo uno? - aplaudió y me miró. Asentí y le volví a sonreír. Era la única persona que me sacaba de ese pozo depresivo que me seguía a todas partes.
Salió por la puerta y tuve que seguir tipeando el resumen.
Era imposible no querer verla. Yo quería entar a su oficina, quería mirarla a los ojos, besarla hasta morirme en su boca de manera tal que sea mía para toda la vida... Pero no podía, tenía que dejar mi vida planeada con ella y empezarla con Susan aunque no quiera, ya que los padres de ella, me obligaron a tomar la responsabilidad y casarme como se debe con ella.
La necesitaba a Dayns, la extrañaba... Mi madre se había enojado conmigo por lo que había sucedido y con la simple idea de que tendría que casarme con ella, además de aceptarlo, me había echado de casa...
En realidad, quise irme y mi madre dijo que era lo mejor para Dayna y para mí, que ahora, tenía que empezar una nueva vida.
Susan estaba con licencia por maternidad y por suerte, no estaba en la Empresa, pero tenerla tan cerca a mi Dayns, me hacía mal.
Llegó la noche de viernes, estaba esperando a Kevin en el living ya vestida y emocionada por salir. Escuché la puerta y sólo pude abrirle con una amplia sonrisa, que a él, lo hizo ruborizar.
Kev:- Estás hermosa, Daynie...- me miró dulcemente, con una mezcla sensual y tierna.
Tu:- Gracias...- le dije tímida. Me ofreció su mano y la tomé con un esbozo calmo y sonriente.
Llegamos entre risas a la fiesta... Hace días no me sentía tan risueña, había llorado todas esas semanas que las había pasado tan sola y mal, había un espacio en mi cama que nadie iba a poder llenar en mi vida...
El salón de esa casa parecía la multitud de un recital, escuchando la música a todo lo que daba, tanto que retumbaban las paredes.
Kevin saludó con la mano a un grupo de gente. Eran todos mis compañeros de Áre, sonriendo y bailando como nunca los había visto. Sólo los conocía sentados en un escritorio, escribiendo en sus computadoras y tomando café...
Una de las chicas, de pelo negro casi como la noche y lacio perfecto, me sonrió asombrada. Se llamaba Julia.
Julia:- Srita. Bartney...- me miró amigable.
Me hizo reír por la forma en que me llamaba. Apoyé mi mano en su hombro.
Tu:- Dime Dayna... No estamos en la Empresa...- nos reíamos juntas.
Julia:- ¿Quieres algo de tomar? Hay cerveza, martinis, tequila... Lo que quieras en esta loca fiesta - tenía un buen humor y me encantaba su tombre de voz, veindo su manera tan perspicaz que poseía.
Con ella estaba uno de los del Sector 3 de Conducción, Lionel Gherid. Era un hombre de 30 años, pero parecía de imi edad, de pelo ondeado, corto y tez morena. Su voz era ronca y de fumador.
Lionel:- Déjate llevar por la diversión - me señaló él mientras bailaba en el lugar, como si quisiera correr con Julia al centro de la casa, a la concentración de descontrol y baile.
Parecían fiestas de secundaria.
Estaban los momentos tranquilos y también sitios así... Eso necesitaba, un lugar tranquilo.
Tu:- Kev...- se susurré en el oído sin que nadie escuche - Vamos hacia otro lado, no me gusta mucho el ruido...
Él me tomó de la mano y nos fuimos a los jardines. Había mucha gente allí, pero estaban hablando, riendo o capaz haciendo algunas cosas pecaminosas, pero estaba todo tranquilo...
Caminaba al lado de Kevin, sonriendo con las cosas que me contaba como cuando metía a Nicholas al armario y le decía que no salga porque lo atraparían los enanos de Blancanieves y él lo insultaba porque no creía en esas cosas... Yo me moría de risa, hasta que sin querer nombró a Joseph. Sabía que lo hacía a propósito.
Kev:- El peor era Joe. Siempre tan alegre y travieso. Mamá siempre andaba retándolo porque era inquieto... Lo sigue siendo o lo era - susurró pensante. Me quedé mirándolo.
Tu:- ¿Qué tratas de decirme?...- le advertí.
Kev:- Perdón Daynie, pero desde que no está contigo se equivoca en la Empresa, está caído, serio... No es el Joseph de siempre, es una anémona...- esta vez la palabra no me daba risa, sino que me cerraba la garganta.
Tu:- ¿Y yo? Lloro todas las noches al ver cómo nunca se prende la luz de su cuarto o cuando el celular está sin mensajes, cuando veo mi cama tan vacía cuando despierto y no lo veo allí, cuando tengo frío y no hay palabras ni abrazos que me reconforten... Estoy mal, Kevin y no hay nada qué hacer al respecto...- apoyé la palma de mi mano en mi rostro, escuchando el bombear de mi corazón con sólo pensar en él otra vez... Las lágrima querían salir y no sabía cómo resistirlas, pero no hubo caso... Se vislumbraba justamente a las espaldas de Kevin, un grupo de sieto u ocho personas de las cuales, dos las conocía, las conocía demasiado...
Ese pelo largo, esa desfachatez la conocía... La forma en que abrazaba a esa persona con tal acorralo que me ahogaba a mí y un abdomen que se asomaba pocamente, pero lo necesario apra ver que estaba embarazada... Era Susan, abrazando a Joseph, mientras que él, sostenía un vaso de Whisky y hablaba con una pareja de ese grupo, sosteniendo una agradable sonrisa. ¿Eso signifia que está triste? Eso no lo notaba, al contrario, tenía todo lo que siempre quiso... Pero yo no protagonizaba su sueño cumplido.
Tu:- Él estará bien, un hijo lo puede todo...- mis ojos se llenaron de lágrimas al ver cómo se besaban cortamente. Me hervía la sangre, se me oprimía el pecho y Kevin me miraba sin entenderme - Además, se lo ve bien con Susan - miré fija a la pareja que me estaba consumiendo el alma.
Kevin se volteó e insulto resignado. Me miró y vio que estaba mirándolos con tanta atención con los ojos hinchados y mojados.
Estaban tan juntos que era inevitable no querer gritar desesperada.
Kev:- Déjalos de ver, preciosa... No te mereces esto. Fue mi culpa traerte - vi como sus ojos bajaron.
Tu:- No es tu culpa, lo hiciste porque te importo. Sólo tengo mala suerte y el destino me está jugando sucio... Como desearía que Gaby nunca haya muerto, que nunca lo haya conocido a Joe... Desearía nunca haberlo amado tanto...- decidí irme de esa imagen tan abismal para mí, escuchando gritar a Kevin mi nombre a las espaldas...
Kev:- ¡DAYNA! ¡NO TE VAYAS!...
¡DAYNA! ¡NO TE VAYAS!... No sé si eso era un espejismo o un pensamiento mío, pero era claro...
Roté mi cabeza al escuchar ese grito familliar, viéndola a ella entrando a la casa... ¿Me había visto?¿Por qué se iba así?
Empecé a ver que estaba Kevin corriendo tras ella, pensando lo peor...
Joe (Pensando):- Kevin... No puede ser... ¿qué le habrá hecho? Juro que lo mato si le hizo algo que la lastimó - igual, no sé por qué pensaba así si no podía hacer nada al respecto... Escuchando como la voz de Susan atravesaba mis pensamientos...
Sue:- ¿Joe?¿Me escuchaste? - me miró confundida - Veo que no...
Joe:- Perdón, quedé pensante... ¿Qué pasó? - le dije todavía algo despejado.
Sue:- Estás raro - entrecerró los ojos, con la mirada fulminante - Bueno, lo que te dije fue que me siento algo mal... ¿Nos vamos? - suplicó algo patéticamente.
Joe:- ¿En serio? No me quiero ir, la estamos pasando bien - le sonreí, buscando su consentimiento.
Sue:- Lo sé, pero estoy con náuseas...- me miró con cara de niña caprichosa.
Me quería quedar más tiempo, ver qué estaba pasando en esa fiesta y que tenía que ver mi hermano Kevin con ella..."
Continuará... Sigan leyendo y Comenten :)
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