Había llegado temprano a la casa y ella sólo me había corrido el rostro al quererla saludar. Decidí callarme pero sin lugar a dudas, estaba sufriendo su indiferencia, eso que escondía me tenía muy perseguido. Volteé hacia su espalda y ella respiraba tranquilamente, pero si las dudas las tenía rondando en ese momento, debían ser saciadas en ese momento...
- Dayns...- dije bajamente cerca de su cuerpo, acariciándole la cintura. Ella se movió un poco pero parecía molesta.
- ¿Qué quieres?- mencionó adormilada luego de un suspiro. Se dio media vuelta y me miró con los ojos entrecerrados, refugiando su mirada entre los cojines. Se notaba a leguas su descontento.
- Quiero hablar contigo...- trataba de ser lo más razonable y dulce posible, aunque siempre me comportaba así con ella.
- No creo que sea hora de hablar...- tomó su celular y miró la pantalla - Son las dos de la madrugada... Te quedan cuatro horas de sueño - dejó el celular y se estiró.
- Eso no importa. Hay mucho café en la empresa - le dediqué una sonrisa y me acerqué despacio - Quiero que hablemos, quiero preguntarte algunas cosas, amor.
Ella me miró apesadumbrada y eso no era bueno... Algo le molestaba.
- ¿Cómo qué?- dijo como si se sintiera interrogada.
- ¿Hay algo que te moleste o que te haya dicho para que estés con esa postura indiferente?- ella quedó en silencio y examinó lo que le dije.
Parecía no querer contestarla, descubriendo temor en sus expresiones - Por favor, dímelo... ¿Te molesta que ya casi no nos veamos, no?
Dayna lo afirmó con la cabeza y empezó a respirar con dificultad. Sus pupilas se encogieron y una lágrima recorrió su rostro hasta plantarse en la almohada.
- Ya ni cenamos juntos, no llegas a tiempo nunca, no hablamos ni hacemos cosas juntos, no salimos, no me miras como lo hacías antes...- reclamó sosegada durante su llanto. Me partía el alma saber que me había distanciado de ella y menos supe sobre el pasar de los días y noches que casi ni hablábamos o hacíamos algo más que dormir en la misma cama.
- Perdóname... Sabes que no hago otra cosa que trabajar y siempre pienso en ti, pero no me he dado cuenta que te dejé de dedicar tiempo...- me sentía pésimamente culpable y verla llorar por mí era fatal.
- Siempre tengo que perdonarte y no entiendes que me dejas sola todo el tiempo, sin casi una muestra de amor o sólo un poco de compañía... Me acuesto casi todas las noches sin ti y los fines de semana trabajas también...
- Pero...- ella interrumpió.
- No existe ningún "pero"que me haga sentir mejor... Sólo quiero que me ames como lo hiciste siempre y que dejes de trabajar tanto... Vas a enfermarte - exigió enojada, adolorida.
Tenía toda la razón...
- Dime qué quieres que haga y lo haré... ¿Cuál es tu punto?- me acerqué a su boca y la besé despacio, le dediqué un beso profundo y significativo. Ella parecía reaccionar, abrazándome como si fuese el último de nuestras vidas.
- Sólo quiero que me dejes volver a la empresa... Contigo...- me miró a corta distancia de mis labios y parecía rogarlo.
- ¿Por qué quieres volver a esa pocilga?- estaba confundido.
- Porque me siento inservible aquí en la casa, quiero hacer algo de mi vida... Además...- se acercó sensualmente y me besó la mejilla - Nos vamos a ver más seguido...
Esa idea me encantaba, casi llevándome a la locura con las cosas que se me ocurrían dentro de mi cubículo <<"Pervertido" te llaman>>
- No eres inservible, al contrario, eres imprescindible...- le sonreía ladeado y le dedicaba unos cuantos besos entre sábanas. Ella reía.
- Bueno... ¿Me vas a a contratar?¿Si o no?- me estaba tratando de convencer y aunque sabía que era lo que más quería, tenía mis dudas...
- En realidad, no me gusta nada que trabajes y menos para mí...- dije con un tono burlón - Pero tengo que aceptar tus condiciones por el bien de mi vida...- ella se rió fuertemente y me abrazó.
- Gracias, Joe...- estaba recostada sobre mi cuerpo, abrazada a mi como yo a ella pero todavía estaba esa filosa distancia que nos parecía separar.
- ¿Sabés que te amo?- susurré en su oído. Dayna quedó en silencio y sonrió levemente.
- Lo tengo muy en claro...- me besó cortamente en los labios - Yo también te amo...
- Ayer me dijiste que no...- cuestioné interesado en el por qué.
- Eso ya no tiene sentido, amor... Fue...- quedó pensante - una estupidez...
<<... Fue una estupidez. Claro, acostarte con tu ex- novio es una estupidez...>>
Dolía saber que le escondía algo como eso y también sabía las consecuencias que podría tener. Ahora me daba cuenta de lo que había ocasionado con lo de ayer y con Francis aunque él no esté enterado... ¿Qué decía hacer?¿Si Francis aparecía de nuevo?¿Sería débil una segunda vez? En verdad, era impredecible y decir que ya no amaba a Joseph era una gran mentira y todo por culpa...
Me sentía sucia y me apesadumbraba tener que cargar con una infidelidad hacia la persona que me hace felíz, me protege, me ama, me respeta y me hace sentir viva... Teníamos nuestros desencuentros y hasta nuestros distanciamientos pero todo lo que habíamos pasado con Susan fue una prueba de que lo que hemos formado en nuestros corazones era irrompible y legítimo.
¿Qué debe haber pasado con Sue, no?
Siempre me lo he preguntado como también el hecho de que haya desaparecido con tanta rapidez y después de tan gran pérdida... A mí, me hubiese devastado saber que una parte de mí la he perdido como lo es un hijo...
<< Un pequeño Jonas...>> No sé si era una buena idea o sólo un momento de ternura pre-materna femenina, la famosa debilidad de las mujeres hacia los bebés y todo lo que tenga que ver ( más allá de todo los dolores y cosas que implica estar embarazada) con tener en el vientre un pedacito de la persona con la que compartes hasta el aire que respiras, los latidos y la vida misma en un día a día... Sonaba a vida de casados y eso no me interesaba justamente con Joe por ahora... Pese a que si él me lo propusiera o lo quiera hablar conmigo me emocionaría hasta las lágrimas o no sé lo que le haría... << Encerrarlo en mi cuarto y matarlo a besos es poco si se me declara así...>>
Lo miré un poco más calmado después del largo interrogatorio, quedándome en resguardo de sus fuertes brazos, acogida en su calor y cayendo dormida en un simple suspiro inminentemente del fondo de mi corazón...
- Te amo, Joe...- cerré los ojos, guardando su dulce perfume amaderado y con sus palabras rasposas, roncas de profundo amor:
- Yo también Dayns... Que descanses...- su respiración y sus latidos se calmaron bajo mi cabeza, sintiéndolo sumido en su dormir...
Mis ojos brillaron al saber que era la persona más afortunada por tenerlo en ese momento en mi poder, si se puede decir así... Sin importar algo más alrededor y sin otra prioridad como lo éramos allí el uno con el otro...

Eres perfecto, Mi Joseph Adam Jonas♥...
Sigan leyendo & Comenten :D
No hay comentarios:
Publicar un comentario