Capítulo 1:Tratando de volver a empezar...

¿Por qué me tenía qué pasar eso a mí? Él era mi única familia y la había perdido ante mis ojos... Gabriel, mi hermano mayor, lo único que me quedaba había muerto junto a uno de sus amigos en un fatal accidente, al que yo había sido la única ilesa mientras me mojaba entera en medio de la carretera, recibiendo la terrible noticia...

Había viajado por razones de hospedaje. Úlltimamente había vivido con mi novio, pero una fatal pelea me había hecho tomar la decisión de mudarme con mi hermano, me había quedado sin lugar para vivir...

Ya habían pasado tres días del accidente y no lo superaba... Me había quedado sin familia y justamente venía a estar con él, pasar tiempo juntos...
Por razones de que sólo me tenía a mí como yo a él, todos sus bienes, aunque me incomodaba, eran míos... Sentía que me estaba adueñando de sus cosas.

Una de las primeras cosas que me correspondieron fue su gran casa. Él era divorciado, teniendo esa casa sólo para él, también por eso me había llamado, se estaba sintiendo solo...

Ahora la solitaria de la casa gigante era yo... ¿Qué haría con tan gran casa? Tuve que ceder, siendo lo único que me quedaba para vivir. Tampoco quería venderla por la memoria de Gaby, como tampoco su auto... A él sí lo amaba, era su vida, su razón de vivir... Me había acordado de la chatarra que era cuando se lo había comprado, todavía estaban vivos mis padres, él y yo vivíamos juntos. Sólo tenía doce años... Había pasado hasta por los peores trabajos, pero había valido la pena tenerlo... Por suerte, la noche de su muerte, estaba manejando el auto de su amigo, ya que el Mustang le faltaba aceite...
Ver ese auto me traía varios recuerdos de él, era parte de mi vida también...

Tuve que entrar a la casa, viéndola toda encerrada, con las cortinas tapando la luz del sol y sintiendo como le faltaba vida. Apoyé mis maletas sobre el gran sillón bermellón (es como un bordó), observando la entrada con un gran escalofrío... Suspiré al ver mis fotos con él sobre la biblioteca, acordándome tantas cosas vividas, como también todos sus libros de la Universidad y sus novelas preferidas llenas de suspensos, esas que no me dejaba leer ni tocar. Subí a lo que en ese momento iba a ser mi cuarto, el que él me tenía preparado...

Era todo un detallista, ordenado, pero una ahogante lágrima recorrió mi rostro al ver cómo se había marchitado un ramo de jazmines, esas flores preferidas que él había colocado para mí... Ese ramo, entre sus pétalos escondía una tarjeta, tomándola con el pulso temblante y triste...

****Bienvenida a casa... Te quiere... Gaby****

Tenía que aceptarlo, él iba a estar conmigo ante todo, siempre estuvo sin importar la distancia...

Había decidido seguir con la organización de mis pertenencias, guardando mi ropa, colocando mis libros y mis cuadernos, acomodando mis múltiples perfumes sobre el escritorio, pegando fotos en mi gran espejo de marco color plata y de arabescos infinitos, sonriendo mientras miraba las fotos de cuando era pequeña...

Cuando empecé a precibir que estaba atardeciendo, bajé las escaleras... Me había bañado y ya estaba instalada en la casa, pero me había sorprendido escuchar el timbre.
Dayna:- ¿Quién será?- me pregunté mientras me quitaba la toalla de la cabeza, acomodando mi cabello, caminando hacia la entrada...

XXX:- ¡¿Cómo?! No puede ser...- mi hermano no me creía ni una palabra...- Nicholas, no puedes bromear con eso...- sabía que él estaba buscando la manera de evitar la muerte de su mejor amigo y nuestro vecino.

Nick:- Joe, cálmate... Todo va a estar bien- tenía que abrazarlo, calmarlo... Lo estaba viendo llorar como nunca lo había visto, sintiendo como me abrazaba fuerte, en desespero, susurrando "Gabriel"...
Joe:-¿Por qué se me dio viajar? Me siento tan mal...- secó sus últimas lágrimas, apoyándose en la ventana de mi cuarto.

Nick:- No debes lamentarte así... No ibas a cambiar las cosas...- apoyé mi mano sobre su hombro en comprensión... Gaby era casi un hermano más...

Mi hermano rondaba por todo el cuarto, repitiendo qué podía hacer para sentirse mejor... Una de las ideas podía ser visitar a su hermana, que por lo que me había contado la vecina de enfrente, estaba ella viviendo...

Nick:- Puedes visitar a su hermanita... Va a vivir al lado, debemos hacerla sentir cómoda. Es lo que Gabriel querría ¿No?- él aceptó con gusto, con tal de poder sentirse menos culpable, aunque no sabía de qué, iba a hacer cualquier cosa...

Cuando abrí la puerta, me encontré con un chico de aparente edad de mi hermano, mucho más alto que yo, dejándome algo pequeña, desprotegida. No era para temerle, ya que su leve sonrisa era compradora, mientras sus ojos brillaban con tal claridad que te hacía tomarle confianza, sentir que lo conocías. Con su pelo castaño muy oscuro, corto y encrestado, sus hombros anchos, su forma de vestirse algo informal y desalineado, escuchando su voz algo quebrada, pero dulce...

XXX:- ¿Eres la hermana de Gaby?- no le contesté en palabras, sólo pudiendo asentir... Algo tímida estaba, además vestía mi ropa más vieja y no era muy presentable. Él, al ver mi señal, me sonrió algo triste, bajando su mirada al suelo.

Tu:- Soy Dayna...- extendí mi mano.
XXX:- Hola, soy Joseph... El vecino y el mejor amigo de Gaby- tomó mi mano con suavidad. No sé por qué él me transmitía seguridad, tal como me pasaba con mi hermano.... Era extraño.

Joe me miró sin volver a decir nada, quedando un silencio incómodo...

Tu:- ¿Quieres pasar?- le señalé la puerta abierta, viendo como el hacía una mueca risueña.

Joe:- Hoy, no... Debo irme...- bajó uno de los escalones, saludando con su mano.

Tu:- Bueno, nos vemos pronto- estaba volviendo a entrar y sentí que me empuajban la puerta, interfiriendo que la cierre. Era él con una cara tímida...- ¿Pasa algo?...-

Joe:- Ya sé que es temprano para pedirlo, pero...- tardaba en decírmelo, pero no sé por qué me sonaba a algo relacionado con "salir"...- ¿Puedo abrazarte? Lo necesito...- al escuchar su pedido con tanta inocencia, tanta angustia, no pude negarlo... Lo necesitaba más que él... Sus brazos eran tan cómodos, me resguardaban con gran sinceridad, dulzura, escuchando que su respiración se dificualtaba ante el llanto...

Joe:- No sabes lo que lo siento...- él no me soltaba ni yo podía hacerlo. Las lágrimas eran incesantes al escuchar eso- Cualquier cosa, estoy para tí- me soltó un poco, sintiendo que su rostro quedaba a pocos centímetros del mío, mirándonos perdidos cada uno en la mirada del otro...

Tu:- Yo también estoy para tí...


Bueno, chicas... Bienvenidas a mi novela... Espero que la disfruten como lo hago yo al escribirla... Muchos besos...

Escritora: Victoria Martínez (Si quieren me agregan a Facebook, con este nombre)