30 de noviembre de 2010

Capítulo 39: La decisión más importante

No podía creer todo lo que él había hecho por mí... Era todo tan maravilloso, romántico. Joseph me había sorprendido tanto y las sorpresas así me encantaban...
- ¿Te gustó?- él preguntaba mientras me acababa el último bocado del postre.
Asintí con una gran sonrisa, todavía estando muy sorprendida por la cena que me había organizado.
Él sonrió con dulzura, acercando su silla a mi lado. Joe tomó mi mano fuertemente, posando sus labios en los míos, sólo rozándolos con delicadeza, mientras susurraba cosas lindas. Em tomó de la cintura y me besó con más intensidad...
- No sabes lo que te amo...- escuché con suavidad de sus labios, haciéndome estremecer. Él fijó sus ojos a los míos...

No sabía cómo proponérselo, pareciendo tan difícil, complicado... Estaba que me moría de nervios, las manos me temblaban, sin saber cómo decírselo. Tuve que tomar fuerzas, respirar hondo y confesarle mi intención de la cena.
- Amor- fui tranquilo- ¿Te gustó mi sorpresa?
Ella hizo una risa y me acarició el rostro:- Claro, fue hermoso... Eres muy dulce...
Le sonreí entre nervios.
-Al que no veo bien ahora, es a tí...- me miró preocupada.
Volví a respirar hondo.

- Tengo que decirte algo- me había intrigado eso, sin poderme imaginar lo que me diría... Faltaban más problemas.
- ¿Qué pasa?- dije algo molesta con lo que venía venir, haciéndolo reír a carcajadas.
- Esta vez, nada raro ni malo... Al contrario...- hizo un silencio muy grande, tomando ms manos con nerviosismo, temblando como nunca.
- Bueno, cuéntame...- lo miré intrigada.
Se paró y empezó a caminar en círculos por la terraza, apoyándose en el barandal que daba a su jardín, mirando para abajo con seriedad. Me acerqué a él lo más que pude, ciendo que él me rodeaba desde los hombros con un abrazo hermoso. No dijimos nada. Él besaba mis mejillas, cada tanto mi boca, abrazándome la cintura desde mi espalda...
-¿Puedo pregunatrte algo?- le dije a Joe entre pensamientos.
- Si, amor...- me miró con comprensión.
- ¿Qué esperas de mí?- él me miró sorprendido, pensante... suspiró fuertemente.
- Ufff... Son muchas cosas las que espero juntos...
- ¿Cómo qué?- le dije curiosa, quería ver si él me quería en su futuro o era sólo su presente.
- ... Espero que estés siempre, espero viajar por el mundo contigo, espero tener hijos con tus ojos- él acarició mi rostro, poniéndome frente a él, mientras brillaban sus ojos con gran resplandor-... Y sabes...- se volvió a callar, quedando inmóvil, mirándome sin casi respirar.
- ¿Qué?
- Espero que aceptes casarte conmigo...

Había podido decírselo, viendo como ella había quedado paralizada... La miré lleno de amor, mientras percibía algunas lágrimas caer de sus ojos...
Ella no contestaba, teniéndole que hacer la misma pregunta:- ¿Y tú, qué esperas de mí?- ella secó una lágrima emocionada.
- Yo... Espero tantas cosas contigo, pero lo que más espero es que seas el mejor padre y esposo del mundo- se abalanzó a abrazarme con gran amor.
Esa respuesta la tomaba como un sí, tomando su cara entre mis manos y besando sus labios con gran emoción.

- ¡Nos casamos!- se empezó a reír mientras estaba entre sus brazos como si no lo pudiera creer.
- ¿Me estabas pidiendo casamiento de verdad?- cuando me di cuenta de lo que decía, quedé shockeada, tapando mi boca, casi queriendo gritar al ver que él asintió y sacó de su bolsillo una pequeña cajita negra... Las lágrimas eran incontrolables, mientras veía que él abría la caja, donde había un hermoso anillo...



- ¡Ay no! No puede ser tan lindo...- estaba muy emocionada, viendo como Joe me sonreía feliz, tomándome la mano y cambiando el anillo que me había regalado antes por ese.
- Este volverá conmigo... Como mi anillo de compromiso...- me abrazó fuerte, mientras miraba mi anillo con gran emoción.
- Falta la fecha y listo...- me miró- Ya no llores amor- besó mi mejilla.
- No puedo, esto es muy fuerte para mí... Nunca creí en el casamiento y ahora... Me parece magnífico...
- Para mí era lo mismo, hasta que llegaste tú- ahora él besaba mi cuello- Y nunca me iba a perdonar no estar contigo... Me moriría sin tí.
Me había sonrojado por los halagos, sintiéndome enamorada, mucho más que nunca de ese hombre...


Comenten y Sigan leyendo ;)

29 de noviembre de 2010

Capítulo 38: Cena para sorprender...

La planeación de la sorpresa seguía en pie aunque me había atrasado unas
semanas por lo de Victoria. Tenía todo planeado con Nick, ya deseando ese día...
Ella se sentía mejor, el miedo que invadía sus ojos había desaparecido con el correr de los días, por suerte, aliviándome por completo.
Ayer, había ido a comprar su anillo. Era precioso y sabía que le gustaría. Hoy a la noche, tenía planeado todo: una cena casera en mi terraza. Ella no había sospechado nada, auqnque todo había sido planeado casi enfrente de ella, pero andaba leyendo y en su vida cada vez que me juntaba con Nicholas en mi casa...
Estaba nervioso, era un día importante y quería quesalga todo bien... Cuando se hicieron las cinco, a propósito, Nicholas se llevó a Victoria al Centro, a comprar ropa y a "dispersarla", mientras arreglaba todo.
Me había costado, pero todo había quedado hermoso cuando empezó a oscurecer...


No podía mentir, estaba nervioso... Quería que todo salga perfecto, que todo sea justamente lo suficiente para ella.
Mi madre sabía de mi plan y me había llamado para darme fuerzas ya lgunos consejos, Ella siempre era tan dulce y consejera.
Me había dicho:- "Ella es tu princesa... Cuídala de los dragones, las brujas y todo los peligros que la pudieran lastimar... Cuida su corazón como la joya más exótica del universo, ámala como a nadie, como se lo merece..."
Eso me había dejado un buen consejo... Además las cosas fantasiosas eran fáciles de imaginar...

- Nick, ya dimos cien vueltas por este local... Ya me cansa esto - estaba fastidiosa. Me había dado cuenta que Nicholas era una persona indecisa y eso irritaba.
Nos encontrábamos en el Centro, caminando sin rumbo... Todo por un pantalón que que quería él.
- Bueno, espera- miró su reloj con atención, mirando a nuestro alrededor con sospecha.
- ¿Qué está pasando?- lo miré sospechosa. Él sólo sonrió, cambiando de tema.
- Tengo una idea- me tomó de la mano, haciéndome caminar hacia una tienda- Quiero hacerte un obsequio-
- ¿A mí?¿Por qué?- entramos los dos a una tienda espléndida, llena de vestidos y ropa hermosa - ¿Y cuál sería?
- La ropa que tú quieras- quedé atónita, no entendía a qué se debía tanto amor... Faltanba que él me diga que está enamorado de mí y que Joseph se escapó con una nueva pareja y que su hermano es gay:- Dime a qué se debe tanto regalo...
- Nada, sólo que quiero regalarte algo- se lo veía nervioso.
Acepté su oferta... Busqué algo verdaderamente lindo, algo que me llama la atención... Él, se había sentado cerca de los vestidores, mientras yo andaba de un lado a otro...
Lo había encontrado...


Me veía fabulosa, saliendo muy orgullosa de mi descubrimiento a mostrárselo a Nick.
- ¿Y qué te parece?- le sonreí y desfilé como toda una modelo por el local. Él parecía estar sorprendido.
- Eres preciosa...- dijo en un tono dulce, haciéndome sonrojar.
- Pero esta preciosura, acuérdate, es de tu hermano- me reía junto a él.
Salimos hablando del local, mientras él me llevaba las bolsas. Según Nicholas y su reloj , era tiempo de volver, ya que Joe se preocuparía.
Al llegar a casa, sentí que estaba todo callado, más de lo común... Mi novio frecuentaba escuchar música o tocar el piano de uno de los cuartos... Allí no había nadie:- Nick...- tenía un mal presentimiento, llamándolo algo aterrada- ¿Dónde está?
- No te preocupes, no pasa nada...- me llamó con su mano para que me acerque a él - Tengo que decirte algo: Quiero que subas a tu habitación y te pongas ese vestido hermoso... Baja y te aviso sobre algo...- no había entendido nada.
-¿Por qué?... No me vengas con sentimientos a esta altura...- esatba pensando en lo peor...¿Nick sentía algo por mí? Eso me faltaba...
- Nooooo...- dijo sin pensarlo - Es que Joe te tiene una sorpresa...
Eso me había sorprendido... Una sorpresa...
Fui corriendo y me puse el vestido, mientras estaba en el baño, arreglándome un poco para la "sorpresa", olía el perfume de Joseph que inundaba el baño... Estaba hipnotizada, nerviosa por lo que me tenía.
Bajé de nuevo y Nick ya no estaba, sólo había una carta en el sillón. La tomé y la leí con una amplia sonrisa:
 
   Mi princesa:
   Porque te lo venías mereciendo, ven a buscar tu sorpresa a la terraza...
                           Te ama.... Joe♥

¡Estaba llena de emoción! Quería saber lo que me esperaba... Subí de nuevo y me dirigí a la segunda escalera de uno de los balcones, ya percibiendo el olor a velas...
Cuando me asomé, estaba él, sentado en una de las sillas que estaban en una mesa decorada. Me emocíoné, viendo como él se acercaba.
- Todo esto y más te mereces...- tomó mi mano y me abrazó...
- No sé si lo merezco, pero sé que estoy orgullosa de tenerte- él me sonrió, besando mi boca con dulzura y pasión....


Awwwwwww♥♥ Sigan leyendo y Comenten Mucho ;)



Capítulo 37: Salvación desesperante

Cuando abrí mis ojos, ya no estaba en casa, sino que otra vez en una sala de hospital. Lo vi a Joseph acostado en el sillón de al lado, tapado con su chaqueta. Mucho no me podía mover, todavía me dolía el cuerpo, la cabeza... Pensaba en lo ocurrido y se revolvía el estómago... Había sido un momento horrendo, pero aunque mi novio no había podido llegar a tiempo, pudo socorrerme... or lo que escuché mientras dormía, me podría haber muerto desangrada, pero estaba a salvo... Joe, aunque lo escuchaba y no podñia levantarme, ni abrir los ojos, lo escuchaba muy triste, en llanto, hablándome de nosotros, de lo que me ama y me necesita... No entendía lo sucedido con Lucas, ya que él era todo para mí y ahora, era un simple abusador de mi persona, en verdad, asustádome con la advertencia que me dio...
¿Podría llegar a buscarme de nuevo?¿O le hará algo a Joe? Tenía miedo, tenía ganas de desaparecer, morirme antes de perderlo a él...
Lentamente, me paré de la camilla, acercándome a Joe con cautela, todavía adolorida en las costillas. Me senté a su lado, mientras él dormía con la boca abierta, pareciendo muerto. Eso me daba gracia, eso me ayudaba a olvidar lo malo...
Volví a la cama, sentándome con cuidado... Sabía que si lo despertaba y me encontraba parada, iba a regañarme. Lo que hice y me había servido era que lo llamara desde la cama.
- Joe... Amor...- dije algo fuerte para que me escuchara. Él desde que se había ido el día de lo ocurrido, no me veía despierta...
Veía como se movía, pero no parecía no querer abrir sus ojos.
- Estoy despierta, amor... Responde - mi voz subió de tono, pero nunca se le iba lo dulce.
De repente, él abrió sus hermosos ojos y,  entre bostezos, me miró lleno de luz. Se acercó con rapidez pero todavía adormilado, tomándome en sus brazos, mientras lloraba...
- Estás aquí...- le dije sintiéndome segura con él.
- Si, amor... Nunca más me voy de tu lado...- besó mi boca con desesperación, trsisteza... Se le notaba en los ojos toda esa preocupación ante mí, toda esa culpa que en realidad no existía... El único culpable era Lucas...
- Perdóname, por favor...- decía una y otra vez. No entendía el por qué.
- Joe, no tienes la culpa... Él sabía que yo le tenía la suficiente confianza y lo aprovechó...- mis ojos miraron el suelo, recapitulando las horrendas escenas que había vivido, sintiendo un malestar muy grande, un vacío en el pecho que iba acumulando miedo hacia él. En mi cabeza retumbaban sus últimas palabras:
"- Y no te olvides... Eres sólo mía...-
 - Esto es una advertencia para tu novio... la próxima vez será peor...- "
Tenía miedo por lo que me podría volver hacer o por lo que podría hacerle a Joe...
- ¿Qué pasa mi cielo?- él preguntó, fijando mis ojos en los suyos con sólo subir mi barbilla.
Mis ojos se aguaban solos, sólo pensando en lo peor. Lo abracé sin explicaciones, como su no quisiera soltar nunca.
- Cuéntame qué pasa... Ya no debes temer, estoy aquí contigo...
- Es que...- no podía decírcelo, ya que sabía que estaba más que enfadado con Lucas e iba a hacer lo posible por matarlo con sus propias manos. Veía furia en sus ojos cada vez que me veía mal...

Quería asesinar a ese estúpido. Se había metido con lo que más amaba en el mundo, la había lastimado... No iba a quedarme de brazos cruzados, él debía sufrir las consecuencias de lo que le había hecho a mi mujer...¿Cómo tuvo la mente para abusar de ella? Era un psicópata... No entendía nada... ¿Tuvo las agallas de pegarle, como todo un marica, a una chica? No se la iba a perdonar, como tampoco me lo iba a perdonar yo... En esto, estábamos los dos solos involucrados... Victoria no merecía estar agonizando de miedo, temblando como su fuera una niña asustada, con todo el cuerpo tajeado, moretoneado, golpeado... No podía verla así... Sus ojos ya no brillaban como antes. Eran fríos, asutados, perdidos en nervios, desconfianza...
La abrazaba con todas mis fuerzas, queriéndola con todo el alma, sin dejar de besar sus labios, secar sus lágrimas, escuchar su parte de la historia... Era terrible por lo que había pasado... más escuchaba, más quería matar a ese tal Lucas... Era inhumano como la había tratado... Era un salvaje... ¡La podría haber matado o haberla dejado tan lastimada que no podríamos tener hijos! Eso, no podía decírcelo, ya que se asustaría sin ninguna razón... No había pasado por mucha suerte, casi había sido un milagro...
Por suerte, ya le habían dado el alta y podíamos volver a casa... Aunque ella me había pedido que nos mudáramos, todavía no podíamos... Estaba asustada por una amenaza de él...

Llegué a casa, pero todavía estaba dolida. Esa casa ya no era ni segura y un lindo recuerdo... Quería salir corriendo... Además, me daba miedo hasta besar a mi novio...
Pero poco a poco, con el pasar de las semanas, pude recuperarme física y emocionalmente... Estaba mejor... Él había ayudado mucho, había sido atento, dulce y muy protector...
Sus risas me estaban curando... Sus besos eran el antídoto más efectivo de todos, sus comidas eran un detalle hermoso y su atención era perfecta...
- Hermosa...- susurró una noche en la que estábamos preparándonos para dormir. Me había acostado y él se estaba aprontando para acostarse. Se sentó a mi lado, mientras él estaba sin camisa, algo sonriente, mirándome con sus ojos profundos y dulces. Tomó mi mano. Yo no podía respirar, tampoco hablar...- Yo por tí estoy aquí... y si no te tuviera ya no estaría vivo...- 
No sabía qué responder... No le entendía:- ¿Cómo?¿Por qué dices eso?
Él suspiró:- Cuando te vi aquí, toda ensangrentada, casi sin pulso... No dudé en matarme...- una lágrima recorría su rostro en recuerdos de ese momento.
- Pero mírame, estoy viva... Estaba viva...
- No sabía... Hasta que no te vi despierta, no podía saberlo...
Ahora era yo la que lloraba con tristeza:- No me lo hubiera perdonado nunca.
- En ese momento, yo no me podía perdonar lo que te habían hecho sólo por no quedarme contigo dos míseras horas... Te hubiera salvado de ese martirio...- secó mis lágrimas y acarició mis brazos.
- Las cosas pasan por algo...- él me besó apasionadamente, susurrando en mis labios.
- Te amo demasiado...
Yo le sonreí entre besos, mirando sus ojos por momentos y cayendo de nuevo en el deseo de besarlo una y otra vez....


Eso si es amor ¿No?... Luego, cuando lo terminen de leer, me avisan por Facebook... Así les mando un mensaje importante para todas las lectoras... Besos...
Sigan leyendo y Comenten ;)

28 de noviembre de 2010

Capítulo 36: Vuelta a casa...

Nicholas me había invitado a comer algo afuera, ya que quería que me ayude con la organización de la noche más importante de mi vida.
- Bueno ¿Qué quieres hacer para ella?- el estaba más emocionado que yo.
- Quiero algo íntimo, casero... Algo especial- pensante, miraba una pareja tomada de la mano, de la edad de mis abuelos. Yo quería llegar a eso, siempre estar junto a ella.
De golpe, sentí un dolor de cabeza.
- ¿Pasa algo hermano?- me preguntó Nicholas preocupado.
- Me duele la cabeza, creo que debo volver a casa- puse mi mano sobre mi pelo.
- Te acompaño...- él se había preocupado, pero yo no necesitaba ayuda.
- No, puedo solo... Además, quiero estar con mi amor... La extraño mucho...-
Decidí saludarlo y con cuidado, ir a mi casa...
Al llegar, abrí con cuidado así Victoria no me escuchaba... No escuchaba ningún ruido, pensando que Victoria estaría en el jardín o en el cuarto leyendo.
- Vicky... ¿Amor?...- estaba buscándola por todos los rincones de la casa, ya sospechando que se había ido, pero cuando subí al cuarto, vi que la puerta de allí estaba algo abierta, el problema era que no sentía ruido alguno.
Entré y vi en medio de la cama deshecha, debajo de las sábanas, un bulto parecido a una persona.
~Pero, no son horas de andar durmiendo...~
Mientras iba entrando, veía ropa tirada por el suelo, el acolchado colgando de la cama, los almohadones por todo el cuarto... Era raro...
Me acerqué a la cama...



- Vas a hacer todo lo que te diga...- estaba aterrada, dominada por Lucas, sintiendo como me tocaba por todos lados, me besaba con violencia, me desnudaba con desesperación... Sentía que me moría...
No pude hablar más, tampoco pelear contra mi voluntad... No quería terminar lastimada o más de lo que estaba, sintiendo como me ardían las costillas y las piernas.
Lucas no tuvo compasión conmigo... Él quería eso y lo iba a conseguir.
Sólo estaba asustada, no podía pensar en otra cosa que en Joe, haciéndome llorar con más intensidad.
Lucas, contra mi voluntad, abrió mis piernas... Me esperaba lo peor con él... Así sucedió... Me había penetrado sin ningún aviso, con furia, sin importarle yo... El cuerpo se me partía, él no entendía que me dolía, que no estaba lo suficientemente preparada... sentía que me partía en pedazos, mientras él me embestía con salvajismo, sin decir nada... Yo gritaba de dolor, gritaba por auxilio, pero él me callaba a los golpes, moviñendose con más prisa... Él acabó en mi y me soltó de golpe...
- Ya está, preciosa... no te necesito más...- quedé paralizada en la cama, toda enredada en sábanas, dolorida, llorando sin consolación alguna, me sentía morir, asustada, desprotegida... La vista parecía estarla perdiendo en dolores fuertes, pero la voz de él, todavía se escuchaba...
- Bueno, me voy mi zorra...- sentí que se acercó a la cama, donde me encontraba escondida y besó mi boca, mordiendo fuertemente mi labio, haciéndolo sangrar... Entre lágrimas, percibí su sonrisa psicótica, maldita... Estaba disfrutando mi dolor... Se estaba yendo, pensando que el infierno se había acabado, pero volteó y se dirigió a mi de nuevo:- Y no te olvides... Eres sólo mía... Esto es una advertencia para tu novio... la próxima vez...- tocó mi pelo- Será peor...- se fue con una risa baja, dejándome toda desnuda, llena de dolor desde mi cabeza hasta mi vientre, casi desmayada de sufrimiento... Apoyé mi mano sobre la sábana y sentí que estaba húmeda... Estaba toda ensangrentada... Grité asustada, cayendo en los almohadones, sintiendo que todo se desvanecía, sólo pudiendo pronunciar un nombre:- Joseph...


Desde lejos, algo preocupado, vi el cabello de Victoria sumergido en los acolchados, me senté a su lado y le destapé la cara con una sonrisa, que al verla en el estado
que estaba, se desdibujó en pánico...
- ¡Victoria!- grité al ver que no reaccionaba... Estaba bañada en sangre, pero ninguna herida había. Ella estaba desnuda, golpeada... La tomé en brazos... No respondía. Mis lágrimas salían incesantes... ¿Estaba muerta?... No, estaba con pulso, pero esto no era obra de ella... Su labio estaba lastimado, su cuerpo frío, moretoneado... Traté de despertarla y lo hizo por unos segundos, viendo sus ojos perdidos, llorosos al verme... sólo dijo un nombre y se desmayó:- Lucas... Fue Lucas...- la abracé fuerte...

- Yo te cuido, amor... Nunca más pasará...- mis lágrimas no cesaban con su cuerpo en mis brazos...


Ah, no :( Comenten y sigan leyendo...

26 de noviembre de 2010

Capítulo 35: Sorpresivamente terrible...

Entramos muertos de sueño, pero a Joe todavía no se le iba la sonrisa del rostro. Estaba muy ilusionado con Julie... Habíamos jugado toda la tarde con ella... Era muy dulce y traviesa como su padre...
- Fue un día precioso, amor- le dije besándolo con ternura y tomando su mano.
Él suspiró:- A esa niña la amo...
- Es linda y loca como tú... Hasta la forma de mirar...



Había pasado un día espectacular con mi hija y mi novia. Julie, por suerte, había entendido que estaba con Victoria y no con su madre, queriéndola también a ella, encariñándose mutuamente. Eso para mí, era espectacular.
Era una  niña dulce e inteligente, tenía sus travesuras, pero la aceptaba tal cual era, ella había sacado eso de mí.
Prometí visitarla todos los días y salir a pasear juntos, poniéndola felíz y muy emocionada... Ella no paraba de decirme papá y eso, me tenía loco... Era mi nueva razón de vivir...

Ya era hora de acostarse, Victoria andaba a los bostezos y yo me caía del sueño. Era tiempo de una ducha, un beso a mi novia y dormir hasta mañana abrazada a ella, pensando en lo que en ese día había pasado...




Hace unas semanas, había entrado Julie a nuestras vidas... Todo era perfecto...
Con Victoria andábamos excelente, super enamorados y muy cariñosos... En esta semana, se me había ocurrido proponerle matrimonio como se lo merecía... Estábamos planeándolo con Nicholas, que también andaba en algo bastante serio...
- ¿Cómo andas con Paula?- si, él había conquistado a Pau después de estar peleando por tanto tiempo.
- Cada vez la amo más...- suspiró enamorado.
Me ponía felíz verlo bien. Seguíamos planeando qué debería hacer de especial para proponerle matrimonio a mi novia hermosa. Estábamos en un bar amigo, tomando algo fresco, ya que el calor me estaba calcinando.
Victoria se había quedado en casa, quería limpiar y estar un rato sola...




Después de terminar de doblar mi ropa, mientars la guardaba en el clóset, sonó mi celular... Era mi madre.
- Hola, mami - dije felíz de escucharla.
- Como andas... Te extraño, corazón- mi mamá se estaba poniendo triste.
- ¿Por qué me llamas?- era raro que me llame a esa hora.
Ella se quedó algo callada.
- Quería saber si había algo qué contarme, algo nuevo que haya pasado.
Pensé por un rato y no había qué contar:- No, está todo tranquilo.
- Bueno... Qué bien...-
- Mami, tengo que seguir limpiando... Después hablamos. Besos.- le corté y seguí ordenando. La ropa de Joe era un desastre, pero no se la iba a arreglar para que aprenda a ser independiente...
En eso, escucho que tocan el timbre, haciéndome correr.
// Debe ser Joe... Se olvidó de nuevo la llave...//
No, no era Joe... Era, sorpresivamente, Lucas.
- ¡¿ Lucas?! - no podía creer que estaba allí.
Él sólo sonrió:- Lindura... Si, vine a verte... A saber cómo estás...
- Bien, amigo... Pasa...- lo invité a tomar algo a la cocina.
- No te creo si viniste sólo por mí... ¿Qué pasó?- vi que se me acercó con rapidez.
- Creo que debes aceptar que fue por ti...- su aproximación me estaba incomodando.
Era rara la forma en que me miraba, ya no parecía amistosa... No parecía ser Lucas, pero lo era.
-¿Puedo confesarte algo? Siempre quise tenerte y nunca pude... Siempre hay algún tonto que se entromete entre nosotros... ¿No sientes esa atracción, ese deseo?- me estaba totalmente asustando, él me acechaba más, queriendo gritar, pero sólo pude tratar de alejarme...
- Lucas, no juegues con eso...- trataba de reírme, pero parecía estar cínico.
- No estoy jugando... ¿Quieres jugar conmigo?- sólo pude abofetearlo, era un descarado.
Él parecía violentarse... No debía haberle pegado. Me tomó de las muñecas con fuerza, casi lastimándome.
- Ahora te haces la buena... Eres una zorra... Quiero que seas mi zorra por hoy...- me empujó contra la pared y besó mi cuello. Yo sólo lloraba, tratando de quitarlo, de gritar... Pero él no me dejaba. Sentí como Lucas mordió salvajemente mi cuello, haciéndome gritar de dolor. Nunca me hubiera imaginado algo como esto... La estaba sufriendo, implorando para que vuelva Joe...
- No llores, que todavía no te hice nada- parecía estar endemoniado. Estaba asustada por lo que me podría hacer. Ya no era de confianza...
Lo que menos esperaba era que me alce de golpe. Eso ya me sonaba mal... Traté de salirme pero él era más fuerte, recibiendo un golpe en las costillas que me había inmovilizado... Me dolía tanto que lloraba con más intensidad.
- ¿Por qué me haces esto?- le decía en agonía por el momento. Lucas subía conmigo en sus brazos por las escaleras.
- Dime dónde está el cuarto y cállate...- estaba tensa, con miedo y además traumada por todo lo que decía.
Me tiró con fuerza sobre la cama, sintiendo como había rebotado mi cabeza contra allí.
- Ahora vas a mostrarme lo tan mujer que eres- se empezó a desamarrar el pantalón, viendo que de esa situación no iba a salir bien... No quería acostarme con esa persona, pero él me estaba obligando a los golpes. Quería abusar de mí. Lloraba y lloraba pidiéndole piedad, pero Lucas sólo se reía mientras me desnudaba contra mi voluntad.
- ¡¡¡¡Joseeeph!!!!- sentí una abofetada, callándome de golpe, mientras él me miraba lleno de furia y deseo.
- No grites... Déjate querer, linda... ¿Sabes? Eres preciosa y más...- me desabrochó la camisa que tenía puesta de un tirón - ... Así de desnuda...-


¿Llegará Joe? ¿Qué le hará Lucas?¿La madre sabía sobre la visita de Lucas? ¿Cómo terminará esta situación?
Sigan leyendo... Díganme su opinión...Comenten ;)

25 de noviembre de 2010

Capítulo 34: Al fin nos conocemos...

Hoy era el día de conocer a mi hija. Estaba totalmente nervioso, no había dormido por la noches pensando en ese encuentro... Victoria me estaba apoyando en esto y eso me daba fuerzas...
Ayer había llamado a Samantha y quedamos en que la vería hoy en su casa. Me cambié lo más perfecto para el encuentro y con Victoria, me dirigí a verla... Fuimos en el auto, los dos charlábamos muchísimo, ya que cuando me pongo nervioso, sólo hablo... Vicky se reía.
- No paras ni un segundo de hablar... Cálmate, lindo...
- Es que estoy contento, no sé cómo explicártelo...- le sonreí, tomando su mano, mientras manejaba con la otra.
- No tienes por qué explicarlo... Es muy diferente esa mirada a las que tienes comúnmente... Eso debe ser amor...
Llegamos hasta la dirección, nos bajamos del auto... Estaba temblando como una hoja, sintiendo que una vez más, mi novia me daba su mano con una amplia sonrisa.
Quedé parado en medio de la entrada, sin saber qué hacer, qué podía decirle a ella después de no estar con ella tantos años.


- Tengo miedo. ¿Y si no me quiere?- Joe estaba pálido, temblaba y se estaba enloqueciendo en preguntas.
- Amor, sólo vive este momento - lo abracé para darle fuerzas, para que tome la iniciativa suficiente para afrontar lo que el destino le traía, algo tan lindo como un hijo...
Toqué la puerta, ya que él ni eso podía hacer de los nervios. 
Nos abrió Samantha y con una sonrisa nos invitó a pasar.
- Hola... Julie está en el jardín jugando... Pasen.
Joe parecía desmayarse:- No sé si podre.
- Si puedes Joe, siempre te gustaron los niños...- dijo Sam guiándonos hasta el fondo. Antes de pasar, hablamos con Sam.
- Bueno... Le dije que la vendrías a ver... Se puso muy felíz de conocerte... Espero que la disfrutes - abrió la puerta y allí había una niña en el césped, jugando con un peluche de oso.
Él sólo tenía que encarar a su hija, quedándonos del lado de adentro, viendo qué hacia.
Josaph se acercó con lentitud... Sam, decidió avisarle a Julie. Se fue al lado de Joe y llamó a su hija.
- Amorcito... Ven...- la niña se dio vuelta, clavando los ojos con mucho asombro en Joe, como preuntando quién era esa persona parada al lado de su madre.- Quiero presentarte a alguien.


No me pude contener al verla. Ella era preciosa y si, tenía mis ojos... Ella se acercó con timidez y se abrazó a la pierna de Sam. Ella la tomó en brazos y la puso a mi altura:- Esta princesita es Juliah... Hija, él se llama Joe...
- ¿Joe? . dijo con una sonrida todavía timida, mirándome de a ratos, mientras trataba de batallar las lágrimas. Sus manitos, se extendieron hacia mi, tomándola casi temblando de emoción.
- Joe...- dijo bajito.
- ¿Quieres ser mi amigo?- su voz inocente me llegaba al alma, con sólo verla con su pelo oscuro y brilloso, con algunos bucles como los de mi madre, largos, bien lindos, con su piel tibia, esa sonrisa pícara que veía en todas las fotos de cuando era chico, la piel como Samantha, pero con pequeñas pecas... Era el amor de mi vida. Le sonreí lleno de ternura al escuchar esa pregunta.
- Mmm... No sé...- le dije burlón, mientras ella hacia caritas tristes. La vi a Victoria que me miraba llena de emoción, ella si estaba llorando, mirándome con gran amor.
Clavé mis ojos en los de la niña:- No te pongas así...- subí su barbilla con una amplia sonrisa...
- Es que no quieres... Y eres muy lindo...- eso me había enamorado más de ella.
- También tú... Eres preciosa, pero sabes una cosa...- le aparté unos bucles de su rostro, mientras me miraba con atención.
- ¿Qué Joe...?
- Soy algo mejor que tu amigo... Soy tu papá...- le acaricié el rostro casi llorando, casi sin poder creer de su existencia, que estaba en mis brazos, que la tenía conmigo, aunque no me podía perdonar no haber estado con ella los últimos años.
- ¿Mi papá? ¿Papá Joe?...- Asentí con la cabeza, mientras veía la expresión felíz de ella...
- Te extrañé papi...
Se me partió el alma... Qué le podía decir sólo:- Yo también y mucho- ella me abrazó con fuerza, sintiendo sus manos en mi cuello, haciéndome cosquillas con su pelo.

Capítulo 33: La sinceridad es fundamental...

- Sam, ya debes irte... Luego hablamos de Julie, ahora debo comunicárselo a mi novia.
- ¿Es tu novia formalmente?- preguntó curiosa.
- Si, nos comprometimos.
Ella me sonrió como no me lo imaginaba:- Felicitaciones... Al fin, Joseph va a atarse...- ella me burlaba.
- ¿Por qué dices eso?- estaba algo molesto.
- Porque cuando éramos novios, dijiste que nunca te casarías...
Lo pensé:- ...Puede ser, pero la gente cambia...
- Si, en cuatro años, las personas cambiamos...- dijo de uan forma más seria.- Me voy, debo ir a buscar a Julie de la Guardería.
La acompañé hasta la puerta y la saludé:- Nos vemos...
Ella se alejaba... Paré su marcha:- Espera Sam...
- ¿Qué Joe?...- se dio vuelta.
- Abraza a Juliah por mí...- sentí como una lágrima recorría mi mejilla al decir eso.
- Bueno...- ella se marchó rápidamente, dejándome mudo.
~Julie... Una hija... No puedo creerlo...~ Subí al cuarto a buscar a Victoria, estaba mudo, sin poder casi respirar... Entré y la encontré sentada en la cama muy pendiente de un libro.
- Amor...- ella se dirigió a mí con sólo sentir la puerta abrirse.




Lo vi a él y fui a ver qué le pasaba. Parecía estar congelado, con una mínima sonrisa...
- ¿Qué pasó?...
- No sabes lo que me acaba de pasar... Fue... muy loco...- se sentó en la cama. Yo me puse junto a él.
- Cuéntame... Por favor...- le dije intrigada.
Él me miró entre lágrimas pero no parecían de tristeza, su mirada era luminosa, emocionada.
- Espero que te lo tomes igual que yo, amor...
- Dime...- no daba más por saber. Tomé su mano.
- Me acaban de decir que...- respiró hondosin sacar sus ojos de mí- Que soy padre...
Lo miré en shock, sin saber si había escuchado bien, asombrada:- ¿Cómo?...
Asintió con emoción...
- Pero ¿De quién?¿De esa chica?...- dije en confusión.
- Si, hace unos años... Parece... Mi niña se llama Julie...- él me abrazó entre llanto, conmocionado por el momento.- No puede ser que tenga una hija...
- Yo tampoco...- enojarme no podía, pero estaba muy shockeada por el momento, la noticia.
Él me miró una vez más:- Pero ¿Estás enojada conmigo?- acarició mi rostro.
- No, pero me hubiera gustado que las cosas no sean así... Pero ya está... Felicidades...- una lágrima recorrió mi rostro... La que alguna vez había anhelado hijos con él, era yo y ahora él era padre de una hija que no era nuestra. Eso dolía, pero era lindo para él.
- No importa, esto no nos separará...- se rió pensando
- Todavía quiero tenerlos contigo...- me besó dulcemente.
Le sonreí... Al verlo bien a él, yo estaba bien... No podía hacerle escándalo por un viejo error.
- No estés así por ella... Sé en lo que piensas... Samantha ya no es nada en mi vida... Sólo la hija que tenemos es lo importante...
- Lo sé, Joe... Te amo...- acaricié su espalda entre abrazos.
- Yo también te amo, hermosa- me volvió a besar, mientras con delicadeza sentía que me acostaba en la cama y empezaba a besarme con más intensidad.
Se paré mi boca de él y me reí:- ¿No te basta con enterarte que tenés una hija y ya quieres otro?
- Contigo prefiero, por ahora, sólo amarte... Pensaremos en hijos después de casarnos... Pero te juro...- me besó:
- ... Que pronto tendremos una familia juntos...
Muerta de ternura, lo tomé del cuello y lo acosté sobre mi...
- Ahora eres tu la que me está provocando- se reía con picardía, rozando sus labios en los míos.
Miré para todos lados y me reí de su comentario.
- Mmm... Puede ser ¿Eso tiene algo de malo?
Él negó con su cabeza y besó mi cuello.
- No tiene nada de malo, lo vengo esperando desde que te fuiste hace tres largos meses. No sabes lo que te necesité, lo que te extrañé, lo que te soñé...
Yo me estaba derritiendo debajo de él, queriendo morirme en su boca antes de volverlo a perder en mi vida.
Susu manos acariciaban toda mi piel, mientras de a poco, iba sacando mi camiseta...
En pocos minutos, nos encontrábamos en el momento más placentero y dulce de nuestras vidas, amándonos con el alma, besándonos con pasión, arozando nuestros cuerpos con gran apuro y lujuria...


Soy una persona que le da vergúenza hacer un Capítulo, como dicen ustedes y yo también... hot
Perdonen, pero algún día voy a animarme... Saber, sé xD

Sigan leyendo y comenten ;)

Capítulo 32: Lo que menos imaginaba

Me sentía con más energía al salir de la ducha. Me cambié y decidí ir a ver quién había tocado la puerta, de paso, yendo con Joe... Bajaba las escaleras espléndida, felíz, cantando a toda voz...
- Baby... You can Drive my Car...♪- iba casi bailando hacia abajo, sin saber que estaba mi novio hablando con la supuesta persona que había tocado la puerta justamente en el living... Ni bien los percibí, decidí subir a mitad escalera...
- Espera... ¿Era una mujer?- volví a bajar... creía que estaba alucinando.
No, la persona que estaba sentada junto a mi novio era una mujer de pelo castaño, de piel aporcelanada, de vestidito de muñeca antigua...¿Quién diablos era?
Celosa no era, pero me llamaba la atención... A esa chica la conocía... Los dejé hablar, ya que tarde o temprano, él me va a explicar de su plática.

- Por favor, sé directa - me tenía harto d evueltas y vueltas, con anécdotas nuestras, que creía que justificaban lo que ella debía decirme.
- Es todo importante, ese día es importante...
- Le veo lo imoprtante desde tu punto de vista, pero del mío, no es para tanto... Aunque yo te amaba...
- En ese tiempo, yo también... Pero mi virginidad era un peso molesto en mi vida y quería librarme de ella como pudiera...- Su comentario me había dejado helado.
- Si que estás siendo sincera, Sam...- una sonrisa se me dibujó en la cara... Ya no me sentía tan maldito por haberme aprovechado de ella cuando pude.- Pero eso no me dice nadad interesante.
- Bueno, eso me trajo grandes complicaciones... En ese momento, me lo tomé como una maldición, algo terrible... Y ahora es algo que me cambió la vida y que creo, que también cambiará la tuya...
- ¿Qué me cambiará la vida? No me asustes...-
- Quién es la pregunta correcta- ella se encojió de hombros, llena de miedo. Quedé paralizado, pensando en lo inpensable.
- ¿Cómo que alguien?¿Quién?
- Tu...- titubeó y no lo dijo después de unos segundos - Tu hija...- sus ojos se clavaron en los míos, llenos de lágrimas, con gran conmoción.
No sabía cómo reaccionar o si creerlo... ¿Una hija mía?
- Una... ¿Qué?¿Cómo?- estaba nervioso, sin entender su planteo, para mí, loco.
- Por eso me fui... Mis padres se enteraron que estaba embarazada... Cuando me enteré la existencia de Julie...
- ¿Julie? Ese es el nombre que le iba a poner a mi primera hija... Cuando la tuviera...
Ella acarició mi espalda con comprensión:- Que ahora tienes...- la miré shockeado, de una forma asfixiante, sin poder creer eso.
- Juliah ¿No? Su nombre es Juliah...- le dije entre lágrimas, con una sonrisa húmeda, ilusionada ante todo el shock. No podía negarlo... Aunque debía hacerme pruebas de ADN, ella se había escapado de mí por eso, era probable que sea mía. 
- Si, sabía que te gustaría ese nombre... ¿Cómo puedes tomártelo tan bien?
- No sé...- suspiré - Siento que si es mía, que siempre estuvo allí... Julie...- no podía dejar de decir ese nombre.
Nos sentamos juntos, ya tranquilos del momento.
- ¿Cuántos años tiene?¿Cómo es?
Ella se reía por mis preguntas, mi interés:- Por algo Dios quiso que sea tuya... Eres perfecto...- me sonrió.
- Quiero conocerla... Debe tener cuatro añitos... Cuatro añitos sin mi...Entiendo que nunca me dijiste... Sé como son tus padres y odio no haber estado para ti...
- Ahora eso no importa... Julie tiene tres años... Además, cumple cuatro justamente el mismo día que tú... Eso fue lo que más me sorprendió de ella... Con tus ojos burlones y raros, tu sonrisa cómplice, tu forma de expresarse...-
Me la imaginaba y no podía dejar de pensar en ella.
- Pero...¿Puedo conocerla?- mis ojos se iluminaron.
Sam asintió su cabeza:- Ella también quiere... Siempre preguntó por ti...- ella desbordó en lágrimas al decir eso.
- Bueno... Quiero que sea lo más pronto posible...- en eso, me acordé de mi novia.- Vicky...
- ¿Vicky? No, Sam...- ella se rió.
- No, mi novia se llama así. Debo decirle sobre esto... 


Sigan leyendo y Comenten Mucho ;)

Capítulo 31: Inprevistos recuerdos

Ya que Joe se había ido a atender la puerta, decidí irme a bañar. Tomé mi valija y me fui por las escaleras de la cocina, que daban al hall del segundo piso.
Al abrir esapuerta me encontré con lo que menos esperaba. Ella estaba allí, enfrente mío, de la misma forma en la que siempre se paraba, con su tez igual de pálida que hace años, sus labios rojos como si se hubiera maquillado, de cuerpo frágil y angelical con su cabellera negra como la noche y sus ojos grises inevrnales.
Estaba esperando a su padre, no a ella, quedando en shock con sólo volverla a ver...
- Samantha...- suspiré con mis ojos fijos a ella, de una manera confundida.
Ella no dijo nada, sólo tenía una expresión seria, diferente a la que me acordaba.
Con un gesto cordial, la hice pasar. Miré hacia afuera a ver si venía con la persona que, en realidad, debía hablar.
Se sentó de una forma rígida y elegante, todavía seria, mirando a su alrededor, mientras que yo la observaba parado, como si no la conociera.
- iba a hablar con tu padre. No contigo. Esto no lo esperaba- le dije haciendo que me mire a los ojos con gran desinterés.
- Lo sé, pero decidí venir por mi cuenta y hablar yo. No necesito bocero- tenía un humor terrible, esa no era la chica que había sido mi mejor amiga, mi primer, como creía, gran amor.
Me senté a su lado, esperando explicaciones, pendiente de que si Victoria entrara, no malinterprete. Más problemas veía llegar.
- Bueno, cuéntame qué pasa o en queé estoy metido ahora.
Ella hizo un silencio muy profundo. Parecía estar tomando fuerzas.
- Si, pasa algo y nunca te lo conté... Empecemos por aquí: ¿Nunca te preguntaste por qué me mudé esa primavera?
Quedé preplejo, era verdad:- Si, muchas veces... Pero ya lo superé.
- Pero no me respondes...¿Por qué pensaste que me fui?
- Porque lo tenías planeado con tu padre. No sé... Sólo te fuiste.
Eso me había traído malos recuerdos... No quería revolver la historia.
- Puede ser, pero algo se presentó después de las vacaciones juntos.
- En vez de andar haciendo preguntas, sé más clara... No entiendo nada- en verdad que no, me estaba asustando su forma de dar vueltas con el supuesto rompimiento nuestro.
- ¿Te acuerdas de esas vacaciones?- sus ojos se tornaron melancólicos, de un color tornasolado, mirándome, esta vez, con una sonrisa sutil.
Suspiré pensante:- Si... - al mirarla una vez más, todo recuerdo de ella, se vino a mi mente...




Faltaban pocos días para volver a casa. Estábamos disfrutando de la playa junto a mi familia y la de mi novia, tomando sol y refrescando nuestros pies en el mar.
Había sido un viaje magnífico, estando hace una semana allí sin querer volver a la ciudad.
- Tengo hambre...- Sam me sonrío con picardía, con una indirecta muy directa. Quería que le trajera algo. Estábamos en la arena, abrazados, mirando las olas chocar contra la orilla, mientras nuestros padres, estaban charlando bajo la sombrilla.
Le di un beso y me paré a buscarle un refrigerio.
- Toma amor...- le di una naranja, haciéndola sonreír. En verdad, ella tenía hambre. Volví a tomarla en brazos y la senté en mi regazo. Ella comía y yo la miraba con gran amor.
Ella se aproximó a mi oído, como si me estuviera abrazando, tratando de disimular frente a sus padres:- Hoy a la noche ¿Vienes a mi habitación?
Me había sonado lindo, pero algo insinuador... Quería estar con ella, pero ella era la que se apuraba en nuestra relación. Eso no me asustaba, sino que yo no sentía que estaba preparado para hacerlo con ella, sólo llevábamos pocas semanas, ya que siempre habíamos sido amigos, pero antes del viaje decidimos intentarlo.
Esa noche, mientras nuestros padres dormían, sigilosamente caminé hasta la puerta de Sam. Toqué con delicadeza, escuchando como ella se aproximaba a abrirme...
- Hola...- ella me dijo con una amplia sonrisa, en voz baja.
Entré y cerré la puerta. Andaba asustado por lo que pasaría si se enteraran de que estaba en medio de la noche con ella, en su cuarto...
- Ven, siéntate conmigo...- ella se sentó con las piernas cruzadas en su cama.
Me puse a su lado y la tomé en mis brazos, mirándola con ternura.
- ¿Qué hacemos?- le di un beso - ¿Película o charla extensa?- Ella me sonrió.
- Me gustaría hacer nuevas cosas...- vi como ella se empezó a tornar rara, me tomó del rostro y me sorprendió con un beso apasionado...
Esa noche, aunque no había estado de acuerdo, estuvimos juntos, la hice mía ya que no pude contenerme a sus encantos como todo hombre frente a esas situaciones... Pero me sentía mal, sentía que la había usado por sólo tentación y no por lo que ella parecía haberme seducido... Por amor...
Me quedé una hora más con ella, acostados juntos, pero mi mente me hacía sentir un estúpido, teniendo que poner excusas y marcharme del lugar... Necesitaba alejarme de esa circunstancia...
Después de eso, no volvimos a hablar del tema, bueno, si lo habíamos hablado pero había terminado en pelea...
Larga historia...
Pero lo que pasó, es que después de dos meses, ella se mudó, sin decirme nada, sólo viniendo a la puerta de casa y dejándome una carta que decía:
 
   Joseph:
            Debes creer que soy cobarde y no puedo terminar contigo frente a frente, pero hoy, lo prefiero   así... Distante y sin tener que explicarte alguna cosa... Hasta siempre....
Me mudo... Besos...
                                                                     Samantha


Al ver esa carta, sólo pude llorar, sin entender nada de lo que me estaba pasando. Caí sentado en las escalinatas de la entrada, soltando la carta con tristeza...


- Ese día fue muy duro para mí.
Ella tragó saliva:- Para mí también...
- No sé, porque para dejarme así, no estabas mal...- el enojo empezó a notarse en mi rostro. Era una herida sanada, pero una incógnita en mi vida que creía que no iba a descifrar nunca.
- Por eso, para que no creas que no fue difícil para mí, vine a decirte la razón que tanto buscas - me tomó la mano como si tuviera ese derecho, pero la dejé, ya que parecía ser algo verdaderamente serio.
- ¿Qué te hice?¿Qué pasó?- le dije de una manera seria y muy confundida.
Ella se paró rápidamente y nerviosa de mi lado:- No sé por dónde empezar. Es que hay dos cosas que debo confesarte y ninguna es fácil.
- Tus razones, en este momento, no me van a afectar... Estoy de novio, eres historia antigua en mi vida... Ya lo superé y sé que ahora puedo afrontar tus secretos con más tranquilidad.
- Puede ser... Pero...
- ¿Pero...?
Se empezaba a rizar uno de sus mechones, ese que siempre se le escapaba de atrás de la oreja... Eso significaba: Nervios... La conocía demasiado bien a pesar de los años...
- Dime, por favor...
Ella bufeó con timidez:- Bueno, te lo diré...



¿Qué esconderá Samantha?¿Victoria... Qué estará haciendo?.... Sigan leyendo y Comenten...

22 de noviembre de 2010

Capítulo 30: Sospechas nuevas

Había llegado recién a Estados Unidos, con la sonrisa más grande y la emoción por las nubes, encontrando a Joseph en el aeropuerto.
- ¡¡¡Amor!!! - se escuchó por el pasillo al encontrarlo a la distancia, al final del pasillo, viendo que su sonrisa, que a lo lejos había reconocido, era tan perfecta como la recordaba.
Sólo podía correr, sin importarme ni la maleta ni nada, pareciendo desesperada pero era felíz viendo que al fin lo tenía de vuelta conmigo.
Quedé enfrente de él, sin poder casi respirar, cruzando nuestras miradas de emoción, casi sin poder creer que estábamos juntos...
Él se acercó a mí, mientras sentía su mano acaricirme la cara con amor, dulzura. Cerré los ojos y me entregué a sus caricias.
- Estás aquí- él susurró en mi oído de una forma suave, abrazándome con fuerza y calidez.
- Si, amor... Volví.
La emoción que tenía en ese momento era indescriptible, sólo pudiendo besar esos labios que andaba necesitando hace meses, que anhelaba en mis sueños, que eran sólo míos.
Ese había sido un encuentro hermoso, buscado, que me llenaba el cuerpo de alegría.


Después de ya tenerla conmigo, la llevé a lo que desde ese día sería nuestro hogar, adonde pensamos tener un futuro juntos, una vida compartida.
Íbamos felices de la mano, muy cariñosos, caminando hacia mi auto que estaba estacionado cerca.
- ¿Qué me cuentas de tus estudios? - le preguntaba mientras ella me sonreía hermosamente.
- Bien, no sé... Estuve viendo dibujo y era muy interesante...
- ¿Ibas a seguir Diseño, no?


- Si, es mi sueño - cuando terminé de decirle eso, él me estaba abriendo la puerta de su auto, mientras un señor de pelo castaño y de gran estatura, de unos muchos años más que Joe, se acercó a él y lo llamó por su nombre con dudas.
- ¿Eres Joseph?- esa persona tenía una voz estridente y seria.
Mi novio, que se había metido al auto, con cara de confusión, salió de nuevo, cerrándolo y dejándome adentro a mí.
- Si, que desea- había sido muy cordial con el señor.
- Me gustaría hablar con usted, no nos conocemos nosotros, pero conoces a alguien que tenemos en común...
- Si me dice de quién estamos hablando, podré decirle si podemos hablar.

Esa persona me miró, sabiendo que yo estaba al tanto de lo que decía aunque no entendía.
- Pero me gustaría hablarlo a solas.
Él dudó por un momento, mirándome también:- Podemos hablarlo aquí, ella es mi mujer.
- ¿Es su esposa?
- Digamos que todavía no, pero pronto lo será - eso hizo que mi corazón se acelerara al verlo voltear y regalarme una sonrisa.

- Igual, sin nadie más que nosotros debemos hablar... ¿Cuándo puede?
~ ¿Qué se cree? No lo conozco y me viene a citar de la nada... Esto es raro.~
- Puede decirme, por lo menos, ¿Quién es usted?- no necesitábamos tanta incógnita. Sentía que era por la empresa de papá.
El señor enfrente mío, dudó y hasta me dijo que no era bueno decírmelo.
- Dígalo, hombre... Sino no podré hablar con usted.
- Soy Germann Blooyer - me lo dijo resignado, poniéndome nervioso con sólo escuchar su apellido.
~ Es el mismo apellido que... ¿Qué le habrá pasado?~
- Bueno, venga hoy a mi casa y hablaremos.
Le anoté en la agenda que me dio la dirección.
- Gracias por tu atención. Pasaré esta tarde. Vivo cerca de allí, no habrá problema.


Joseph se subió al coche y sin volver a decir una palabra, empezó a manejar.
Parecía que no existía. Decidí preguntar como toda mujer preocupada.
- ¿Quién era el señor?
No me dijo nada por unos segundos:- Un cliente que quiere hablar sobre trabajo... la Empresa.
- Bueno. Parecía nervioso, algo preocupado... ¿Cómo se llama?- dije sin acordarme su nombre.
- Germann Blooyer...- su voz temblaba al decir ese nombre. Sentía que algo me estaba escondiendo.
Me callé hasta llegar a la casa.

- Bienvenida, señora de la casa- su voz era seductora, sintiendo sus manos recorrer mi cintura. Me miraba como prendido fuego.
- ¿Señora de la casa?...- seguí su juego, pegando mis senos en su pecho, mirándolo fijamente.
Él sonreía con picardía.
- Por supuesto... Y yo soy tu...- lo interrumpí.
- Tu eres mi mascota- una risa se me escapó, viendo como Joe me miraba mucho más deseoso, sonriendo maliciosamente.
- ¿Te haces la graciosa conmigo? Ahora vas a ver...-
Cuando menos lo pensé, me había tomado en brazos. Yo grité del susto.
- ¡Joseph!¿Qué haces?- lo miraba todavía asustada.
- No sé...- se hacía el misterioso y era muy fácil de adivinar lo que quería conmigo.
Pero quería descansar, no era justamentte lo que m´sa quería hacer, pero necesitaba una ducha.
- Joe, bájame- le dije mientras me subía en alzas por las escaleras.
- No, amor- dijo convencido.
- No quiero hacerlo...
Cuando él escuchó eso, sentí como su rostro se desganaba. No me soltó hasta que llegamos al cuarto, sentándome lentamente en, ahora, nuestra cama. Se puso a mi lado y me sonrió.
- ¿Estás cansada, no?
Asentí mi cabeza:- Bueno, pero queda pendiente para más tarde - lo tomé del rostro y lo besé con dulzura. Él me tomó en sus brazos, dándome un tierno abrazo.
- Voy a hacer todo lo que tu me digas... Quiero que seas felíz, que tengas tus opiniones y decisiones. No te voy a presionar...
- Ers demasiado dulce...- volví a besarlo, muerta de amor, sintiendo como el se reía entre besos ante mi reacción. Yo no lo dejaba casi respirar, sintiendo como él me lo avisaba.
- Amor...(Besos)... No...(Besos)... RESPIRO!...(Besos)- lo solté lentamente, yo tampoco respiraba, riéndome mucho, abrazándolo una vez más antes de pararme y aprontarme para ducharme.
- ¿Qué vas a hacer?- dijo confundido, al verme salir del cuarto, siguiéndome.
Lo mire mientras me estiraba:- Necesito una ducha...
Como todo hombre lleno de hormonas, me dedicó una mirada y sonrisa pícara, pervertida.

- Ya sé en lo que piensas - lo señalé con una cara sospechosa.
- No sé en lo que tú crees que pienso- se acercó con acecho, sonriendo todavía.
Salí corriendo como toda doncella en apuros, sintiendo que él me sacó a correr. Él era muy rápido.
Bajé las escaleras casi volando, llorando de risa, con la respiración agitada.
- ¡Ahhhhhhhhh! ¡Nooo!¡Joeeeee!- miraba hacia atrás y él seguía allí, persiguiéndome.
- Ya te voy a atrapar...- decía entre risas.
Finalmente,  me atrapó en la cocina, teniéndome acorralada en la pared. Me tenía en sus brazos, besando mi boca con romanticismo, delicadeza, sintiendo el paraíso en sus labios, acariciando mi espalda.
- Te atrapé... No puedes escapar de mí.
- Puedo, pero te tengo lástima- acaricié su nariz con la mía, viendo que la fruncía entre suspiros y sonrisas. Besé sus labios y empecé a tratar de zafarme.
Él no quería.
- Joe, déjame salir... tengo que bañarme- dije entre carcajadas. Él negaba con la cabeza, mordiéndose el labio inferior, mientras me observaba lentamente.
- Corrección: Tenemos que BAÑARNOS- él introdujo sus manos dentro de mi camisa. Estaba temblando ante su contacto, suspirando fuertemente.
Cuando estaba por decir que sí, ya al borde de ceder en todo lo que me dijera, se escuchó el timbre, arruinando el momento.
Él se alejó:- Voy yo...- me besó en la boca y se marchó a la entrada.
Me estaba derritiendo, me había encendido por completo...

Fui a ver quién era el que tocaba la puerta, abriéndolo y encontrándome a...


¿A quién será?... Sigan leyendo y comenten!


Escritora: Vicky♥

20 de noviembre de 2010

Capítulo 29: Llamada divertida

- ¿Cómo? ¿Vuelves? - no podía creer lo que estaba escuchando, todavía sin saber la razón de esa decisión.
- Si, te necesito mucho. Vuelvo lo más rápido posible.
Mis ojos se cristalizaron a escuchar esas palabras, sintiendo mi cuerpo que quería caerse de la emoción.
- Amor... Te amo... Te extraño...
- Yo también Joe...- ella parecía estar mejor de lo que la había encontrado hace minutos.
Cuando me cortó, después de una interminable despedida por teléfono, empecé a bailar y saltar en medio del jardín, con la sonrisa más grande que podía tener.
- ¿Qué pasó, hijo?- mi madre me miraba como si estuviese loco. Mi tía sólo se reía, ella parecía entender mi alegría.
- ¡Mami, Vicky vuelve!- sólo pude abrazar fuertemente a mi madre.
- ¡Qué bueno hijo!...


En una semana:


Ya había planeado casi todo para mudarme cerca de mi novio. Él no paraba de llamarme, de preguntarme sobre mi regreso, pareciendo psicótico pero muy dulce.
Pero la última llamada, me había emocionado más, me había enamorado más de él:
- Amorcito mío...- dijo en un tono infantil, dulce.
- Si, mi niño hermoso.
- Quiero proponerte algo - eso sonaba intrigante, se lo sentía nervioso.
Me reí bajamente, esperando que me lo diga:- Dime...
Escuché que Joe respiró profundamente.
- No sé si querrás, pero...- hizo una pausa agonizante, quería saber ya - ¿Quieres vivir conmigo, bueno,  juntos?
Parecía estar muriéndose de terror por mi respuesta, pero qué podría decir a tan hermosa propuesta... Yo quería vivir junto a él para toda la vida.
- Mmm... Déjame pensar- le dije con un tono burlón.
Se estaba impacientando:- Dime, dime, dime...
- Claro que quiero...
Él, al escuchar mi respuesta, se echó a reír como si no lo creyera:- ¿En serio?
- Si...
- No sabes cómo te amo... Imagínalo: Juntos, casados, con nuestros hijos rondando por todos los rincones de la casa...- lo interrumpí de su fantasía.
- Un paso a la vez. Además... ¿Hijos?... ¿Cuántos piensas que tendremos?- decía riéndome a carcajadas.
- Muchos, amor...- se reía sabiendo que eso no me convencía, al contrario, me aterrorizaba.
- Por ahora... Mejor dicho para NO ilusionarte: dentro de unos años sólo uno...
Nos reíamos los dos con gran alegría, sin poder creer todo los planes que teníamos juntos.
- Vienes en dos días, ¡Que me pellizque alguien que no lo creo! Entiende,,, No te veo hace más de 3 meses.
- Lo sé, Joe... Ya quiero estar allá contigo- una sonrisa se me escapaba y algunas lágrimas se escurrían por mi rostro.
- ¿Estás llorando? - él se había dado cuenta, pero sólo era emoción.
- Es que me emociona saber que estaremos juntos... No puedo esperar más.
- Yo tampoco... Ahora mismo, te voy a hacer lugar en mi cuarto...- dijo algo insinuador - Uno muy especial...
Eso era muy tentador:- Bueno, ¿Ya pensando en eso?.
- ¿Qué es "eso"?- se reía culposamente - ¿Qué tipo de hombre crees que soy?- se estaba muriendo de risa.
- De los peores...
- Mira lo que cree mi mujer de mí.
-¿Tu mujer? Excuse me...- seguñia riéndome.
- Si, mi única y bonita mujer...
Eso me había hecho sonrojar:- Basta de halagos y a organizar todo. Besos Joe.
- Besos linda...


Seguirá más tarde... Besos y comenten ;)

18 de noviembre de 2010

Capítulo 28: ¿Por qué?

Estaba hace días algo extraña, callada... Mi madre me había preguntado el por qué de mi cambio de humor pero ni yo había podido explicarlo. Ya sabía que el sueño había pasado, pero me decepcionó un poco no estar igual que allí, allí con Joe...
Me levanté muy temprano al escuchar a mi madre limpiar el living con la aspiradora, sintiendo los rayos de sol en mi rostro y el ruido del viento golpear en el árbol de mi jardín.
//...Es un lindo día para estar con él...// Miraba por la ventana con melancolía.
Quería correr a Estados Unidos sin importarme nada... Ya que el sueño me había abierto los ojos y sentía que mi madre si sabía sobre mi novio. Bajé a buscarla y a preguntarle.
- ¡Mamá!
Ella volteó al verme:- Tranquila, baja las escaleras más despacio, loca - siguió aspirando el piso.
- ¿Puedo preguntarte algo? Es muy importante que me digas lo que piensas - me senté en el sillón, mientras ella seguía limpiando con esmero y sin prestarme atención.
- ¿De qué quieres hablar, amor? - apagó el aparato ruidoso y se sentó en el otro lado, mirándome con una sonrisa, esa de las que te regalan las madres como cuando eres chico.
- Dime la verdad...¿Sabes quién es Joseph? - la miré buscando comprensión, la verdad de las cosas.
Ella no contestó, sólo veía como su mirada ya no estaba en mis ojos sino en el suelo de la sala como si hubiera sido disimulada esa acción. Me enojé un poco.
- Dime, por favor.
Suspiró con una expresión forzada:- Si, sé quién es.
Esperaba que me diga algo más que eso:- ¿Y?¿Qué piensas? - me acerqué a ella.
- Qué no pienso es la pregunta correcta - hizo un silencio - Debes saber por ti misma lo que pienso, es obvio.
Asentí mi cabeza.
- Niñita mía, él es una persona que vive lejos...
Eso se estaba repitiendo de mi sueño, sabiendo ya cómo actuar.
- No me importa la distancia, él es mi novio y lo amo ante todo, lo extraño mucho y él también.
- ¿Cómo puedes saber eso? ¿Te ha llamado? ¿Hablas seguido con él? - su mirada era desafiante, sardónica, molesta ya que sabía a qué punto quería llegar.
- Lo sé, nada más. No importa que no hablemos seguido, nosotros somos inseparables - me paré del sillón rápidamente, queriendo correr a mi habitación a encerrarme de por vida.
- Eso no lo justifica, hija. Déjate de estupideces y si quieres un novio, búscatelo aquí, donde tienes una vida hecha.
- ¿Crees que mi vida está acá? No siento eso. Sabes, mi vida está junto a una persona que tengo tan lejos y eso me rompe el corazón - mis lágrimas, aunque las había tratado de batallar, se me escaparon de a poco.
- No quiero verte llorar por alguien que no vale la pena, no quiero.
- Lloro por quién quiero y él no es cualquiera, es...- decidí callarme antes de decir algo que complicara el enfrentamiento.
- ¿Qué es?- volvió a desafiarme con frialdad, pareciendo todo un monstruo que quería manejar mi vida.
- Es mi vida, mamá - los ojos de mi madre estallaron al escucharme decir eso, sin entender por qué estaba así, por qué no aceptaba mis sentimientos.
- Mamá ¿Por qué te pones así? - dije más tranquila, tratando de encontrar el por qué de sus reacciones contra Joseph.
- Nada, hija.
Era mentira que era por nada, algo escondía:- Dímelo... ¿Qué tienes contra Joe?
- Nada contra él... Sólo por lo que me hace recordar.
La miré extrañada:- ¿Qué te hace recordar?
Suspiró y se quedó en silencio, mirándome con sus ojos inundados en llanto.
- Es que... No puedo...
La miré decepcionada:- Si no quieres contarme, queda en ti, pero yo sigo adelante con mi novio.
Decidí irme a mi cuarto, pero al empezar a subir las escaleras, sentí que mi madre me tomaba del  hombro.
- Espera Vicky, quiero contarte.
Asentí tiesa por la reacción repentina de mi madre de contarme un por qué que me rondaba en la cabeza.
- Hija, te voy a contar el por qué:
 "Hace muchos años, como sabes, yo vivía aquí con mi familia. Mis tíos y algunos primos vivían en Estados Unidos y cada tanto viajaba a visitarlos."
- Si... Eso lo sé.
- Bueno, hija:
 " Cuando tenía un año menos que tú, viajé como todos los veranos a California, creyendo que iba a ser unas vacaciones comunes... Eso no pasó, ya que por casualidad, conocí un chico por medio de las amigas de Carla, tu tía. Fue amor a primera vista con él, aunque en esos momentos, faltaba poco para volver aquí... Tuve un noviazgo hermoso con él... Él era todo para mí, era dulce, dedicado, divertido y muy romántico... A veces era torpe y tenía un humor infantil, pero eso me hacía enamorarme cada vez más"
Escuchaba eso y me hacía acordar a Joe... Eso era muy shockeante.
- ¿Sigo, linda?.
- Si, por favor...
- " El día que me tuve que ir de California, había sido muy difícil, teniéndolo que dejar allá, todo sostenido con la promesa de volver dentro de poco... Esa persona, fue y será el amor de mi vida, ya que volví a buscarlo y me casé con él... Sabiendo después de dos años de hermoso matrimonio, una niñita hermosa venía a iluminarnos la vida..."- mi madre acarició mi mejilla muy triste. Hablar de papá era algo raro, nunca lo mencionaba...
- Pero no entiendo mucho por qué no puedo estar con Joe.
-" Hija, es lo más lindo que te pueda pasar, pero tengo miedo que se repita la historia... Además la voz de tu novio me trajo un gran escalofrío... Parece tu padre en vida con esa voz... Me dio pánico... La forma en que habla, se expresa... Es tu padre"
- ¿Crees que es parecido a papá? Yo mucha coincidencia física no le encuentro - en verdad podía ser verdad eso, pensando si él era parecido.
- No sé, pero quedé totalmente shockeada con su voz...
- Gracias madre, fuiste sincera y eso es bueno para mí - la abracé fuertemente, llorando como siempre hago con sólo hablar, ver una fotografía de papá o escuchar una grabación... Una grabación... debía ver si era verdad eso.


En Estados Unidos:


Era la noche más estrellada de mi vida, de esas en que quería estar con alguien especial bajo la luna.
Victoria estaba en mi mente constantemente, queriendo saber algo sobre ella... La extrañaba mucho.
Mi madre estaba con Maggie hablando en las afueras de la casa, sentadas en la mesa del campo. Las estaba mirando desde el porche de la casa sólo a tres metros de ellas, viendo como se reían a carcajadas.
- Joe, ven con nosotras. Te ves muy solito...- ella me llamaba con sus manos.
Me acerqué desganado, con mi mejor cara de triste, tratando de disimular una sonrisa entre ellas.
- No te hagas el tonto... Sé que sigues triste por ella.
- Y lo voy a seguir estando. Necesito saber algo sobre ella.
Quedé mirando hacia los árboles del fondo, sintiendo el viento de la noche recorrer mi rostro.
- Sobrinito, tranquilízate. Ella debe estar bien, no deb tenr tiempo para llamarte. Llámala tú...- ella tenía razón, debía llamarla urgente, oír su voz, decirle que la amo.
- Gracias chicas - las abracé fuerte y entré a usar el teléfono de la casa de Maggie.


En su cuarto (Buenos Aires):


- "¿Sabes que te amo, no?"- mi padre filmaba desde el parque con mi madre en sus brazos, mirándola a los ojos con un gran cariño...
Me di cuenta que yo era igual a mi madre de joven y si, mi padre tenía tendencias muy parecidas a las de Joe, viendo a lo que mi madre la tenía shockeada...
Ver esas imágenes tomadas por mi padre, eran muy especiales, muy lindas...
Mi padre era muy cariñoso e infantil como mi novio, riéndome de todas las estupideces y escenitas que le hacíaa a mi madre. Me sentía reflejada en cada momento con Joseph , en cada toma de mis padres de novios, y eso me emocionaba mucho.
// ¿Terminaremos así?¿Juntos para siempre? Eso es lo que sueño...// Estaba abrazada a mi almohada, con el televisor y los videos infinitos de mis padres, llorando, riendo, emocionándome, soñando alguna vez poder estar con él. Repentinamente, el teléfono de mi lado empezaba a sonar. Vi la hora y era muy tarde para que alguien ande llamando, mi madre estaba dormida...
Atendí sin sacar mi vista de la pantalla, justo viendo una escena de mis padres:
- Hola...- dije de una forma dispersada, hipnotizada con el video.
- Vicky... Soy Joe...- era él, con su voz triste, sorprendiéndome mucho con su llamada. Mis lágrimas salieron de la nada con escuchar su voz.
- Amor... Eres tú...
Empecé a escuchar una conversación grabada por mis padres que me hizo estallar en llanto:
"-¿No te gustaria tener niñitos pequeños iguales que yo?-" le dice mi padre a mi madre, haciéndola reír como me había pasado a mí.
"-Estás loco, Gabriel... Somos muy jóvenes para hijos...-" mi madre se seguía riendo. Mi papá la miraba ilusionado.
"- Nos amamos y estaría muy orgulloso de ti, mi cielo...-" él acariciaba su cabello con amor, mientras estaban sentados en lo que parecía, la casa de campo de mis abuelos
- Joe, espérame un minuto... Quiero escuchar algo.
- Bueno, linda.
La conversación seguía:"- Bueno, si no quieres hijos, por lo menos... ¿Te casarás conmigo?"
Cuando escuché eso, se me vino a la mente lo ocurrido, lo mismo ocurrido con Joe en el campo, muriéndome de tristeza, sabiendo que la historia de mi madre la estaba felizmente repitiendo.
-¿Amor?- escuché del otro lado del teléfono.


La escuché llorar a Victoria, mientras de fondo se escuchaban voces o una canción, ni sabía qué era, pero la había escuchado muy mal a mi novia.
- ¿Estás bien, cariño?
- No sabes lo que te amo- dijo de la nada, llorando más fuerte.
- Yo también te amo... Pero a qué se debe tu llanto, mi ángel- le dije dulcemente.
Ella tomó aire:- ¿Dónde te encuentras ahora?
Eso me extrañaba:- En el camo de mi tía ¿Por qué lo preguntas?.
- Cariño... Quiero volver...

Jonas Brothers... My life♥


MusicPlaylistView Profile
Create a playlist at MixPod.com