Estaba hace días algo extraña, callada... Mi madre me había preguntado el por qué de mi cambio de humor pero ni yo había podido explicarlo. Ya sabía que el sueño había pasado, pero me decepcionó un poco no estar igual que allí, allí con Joe...
Me levanté muy temprano al escuchar a mi madre limpiar el living con la aspiradora, sintiendo los rayos de sol en mi rostro y el ruido del viento golpear en el árbol de mi jardín.
//...Es un lindo día para estar con él...// Miraba por la ventana con melancolía.
Quería correr a Estados Unidos sin importarme nada... Ya que el sueño me había abierto los ojos y sentía que mi madre si sabía sobre mi novio. Bajé a buscarla y a preguntarle.
- ¡Mamá!
Ella volteó al verme:- Tranquila, baja las escaleras más despacio, loca - siguió aspirando el piso.
- ¿Puedo preguntarte algo? Es muy importante que me digas lo que piensas - me senté en el sillón, mientras ella seguía limpiando con esmero y sin prestarme atención.
- ¿De qué quieres hablar, amor? - apagó el aparato ruidoso y se sentó en el otro lado, mirándome con una sonrisa, esa de las que te regalan las madres como cuando eres chico.
- Dime la verdad...¿Sabes quién es Joseph? - la miré buscando comprensión, la verdad de las cosas.
Ella no contestó, sólo veía como su mirada ya no estaba en mis ojos sino en el suelo de la sala como si hubiera sido disimulada esa acción. Me enojé un poco.
- Dime, por favor.
Suspiró con una expresión forzada:- Si, sé quién es.
Esperaba que me diga algo más que eso:- ¿Y?¿Qué piensas? - me acerqué a ella.
- Qué no pienso es la pregunta correcta - hizo un silencio - Debes saber por ti misma lo que pienso, es obvio.
Asentí mi cabeza.
- Niñita mía, él es una persona que vive lejos...
Eso se estaba repitiendo de mi sueño, sabiendo ya cómo actuar.
- No me importa la distancia, él es mi novio y lo amo ante todo, lo extraño mucho y él también.
- ¿Cómo puedes saber eso? ¿Te ha llamado? ¿Hablas seguido con él? - su mirada era desafiante, sardónica, molesta ya que sabía a qué punto quería llegar.
- Lo sé, nada más. No importa que no hablemos seguido, nosotros somos inseparables - me paré del sillón rápidamente, queriendo correr a mi habitación a encerrarme de por vida.
- Eso no lo justifica, hija. Déjate de estupideces y si quieres un novio, búscatelo aquí, donde tienes una vida hecha.
- ¿Crees que mi vida está acá? No siento eso. Sabes, mi vida está junto a una persona que tengo tan lejos y eso me rompe el corazón - mis lágrimas, aunque las había tratado de batallar, se me escaparon de a poco.
- No quiero verte llorar por alguien que no vale la pena, no quiero.
- Lloro por quién quiero y él no es cualquiera, es...- decidí callarme antes de decir algo que complicara el enfrentamiento.
- ¿Qué es?- volvió a desafiarme con frialdad, pareciendo todo un monstruo que quería manejar mi vida.
- Es mi vida, mamá - los ojos de mi madre estallaron al escucharme decir eso, sin entender por qué estaba así, por qué no aceptaba mis sentimientos.
- Mamá ¿Por qué te pones así? - dije más tranquila, tratando de encontrar el por qué de sus reacciones contra Joseph.
- Nada, hija.
Era mentira que era por nada, algo escondía:- Dímelo... ¿Qué tienes contra Joe?
- Nada contra él... Sólo por lo que me hace recordar.
La miré extrañada:- ¿Qué te hace recordar?
Suspiró y se quedó en silencio, mirándome con sus ojos inundados en llanto.
- Es que... No puedo...
La miré decepcionada:- Si no quieres contarme, queda en ti, pero yo sigo adelante con mi novio.
Decidí irme a mi cuarto, pero al empezar a subir las escaleras, sentí que mi madre me tomaba del hombro.
- Espera Vicky, quiero contarte.
Asentí tiesa por la reacción repentina de mi madre de contarme un por qué que me rondaba en la cabeza.
- Hija, te voy a contar el por qué:
"Hace muchos años, como sabes, yo vivía aquí con mi familia. Mis tíos y algunos primos vivían en Estados Unidos y cada tanto viajaba a visitarlos."
- Si... Eso lo sé.
- Bueno, hija:
" Cuando tenía un año menos que tú, viajé como todos los veranos a California, creyendo que iba a ser unas vacaciones comunes... Eso no pasó, ya que por casualidad, conocí un chico por medio de las amigas de Carla, tu tía. Fue amor a primera vista con él, aunque en esos momentos, faltaba poco para volver aquí... Tuve un noviazgo hermoso con él... Él era todo para mí, era dulce, dedicado, divertido y muy romántico... A veces era torpe y tenía un humor infantil, pero eso me hacía enamorarme cada vez más"
Escuchaba eso y me hacía acordar a Joe... Eso era muy shockeante.
- ¿Sigo, linda?.
- Si, por favor...
- " El día que me tuve que ir de California, había sido muy difícil, teniéndolo que dejar allá, todo sostenido con la promesa de volver dentro de poco... Esa persona, fue y será el amor de mi vida, ya que volví a buscarlo y me casé con él... Sabiendo después de dos años de hermoso matrimonio, una niñita hermosa venía a iluminarnos la vida..."- mi madre acarició mi mejilla muy triste. Hablar de papá era algo raro, nunca lo mencionaba...
- Pero no entiendo mucho por qué no puedo estar con Joe.
-" Hija, es lo más lindo que te pueda pasar, pero tengo miedo que se repita la historia... Además la voz de tu novio me trajo un gran escalofrío... Parece tu padre en vida con esa voz... Me dio pánico... La forma en que habla, se expresa... Es tu padre"
- ¿Crees que es parecido a papá? Yo mucha coincidencia física no le encuentro - en verdad podía ser verdad eso, pensando si él era parecido.
- No sé, pero quedé totalmente shockeada con su voz...
- Gracias madre, fuiste sincera y eso es bueno para mí - la abracé fuertemente, llorando como siempre hago con sólo hablar, ver una fotografía de papá o escuchar una grabación... Una grabación... debía ver si era verdad eso.
En Estados Unidos:
Era la noche más estrellada de mi vida, de esas en que quería estar con alguien especial bajo la luna.
Victoria estaba en mi mente constantemente, queriendo saber algo sobre ella... La extrañaba mucho.
Mi madre estaba con Maggie hablando en las afueras de la casa, sentadas en la mesa del campo. Las estaba mirando desde el porche de la casa sólo a tres metros de ellas, viendo como se reían a carcajadas.
- Joe, ven con nosotras. Te ves muy solito...- ella me llamaba con sus manos.
Me acerqué desganado, con mi mejor cara de triste, tratando de disimular una sonrisa entre ellas.
- No te hagas el tonto... Sé que sigues triste por ella.
- Y lo voy a seguir estando. Necesito saber algo sobre ella.
Quedé mirando hacia los árboles del fondo, sintiendo el viento de la noche recorrer mi rostro.
- Sobrinito, tranquilízate. Ella debe estar bien, no deb tenr tiempo para llamarte. Llámala tú...- ella tenía razón, debía llamarla urgente, oír su voz, decirle que la amo.
- Gracias chicas - las abracé fuerte y entré a usar el teléfono de la casa de Maggie.
En su cuarto (Buenos Aires):
- "¿Sabes que te amo, no?"- mi padre filmaba desde el parque con mi madre en sus brazos, mirándola a los ojos con un gran cariño...
Me di cuenta que yo era igual a mi madre de joven y si, mi padre tenía tendencias muy parecidas a las de Joe, viendo a lo que mi madre la tenía shockeada...
Ver esas imágenes tomadas por mi padre, eran muy especiales, muy lindas...
Mi padre era muy cariñoso e infantil como mi novio, riéndome de todas las estupideces y escenitas que le hacíaa a mi madre. Me sentía reflejada en cada momento con Joseph , en cada toma de mis padres de novios, y eso me emocionaba mucho.
// ¿Terminaremos así?¿Juntos para siempre? Eso es lo que sueño...// Estaba abrazada a mi almohada, con el televisor y los videos infinitos de mis padres, llorando, riendo, emocionándome, soñando alguna vez poder estar con él. Repentinamente, el teléfono de mi lado empezaba a sonar. Vi la hora y era muy tarde para que alguien ande llamando, mi madre estaba dormida...
Atendí sin sacar mi vista de la pantalla, justo viendo una escena de mis padres:
- Hola...- dije de una forma dispersada, hipnotizada con el video.
- Vicky... Soy Joe...- era él, con su voz triste, sorprendiéndome mucho con su llamada. Mis lágrimas salieron de la nada con escuchar su voz.
- Amor... Eres tú...
Empecé a escuchar una conversación grabada por mis padres que me hizo estallar en llanto:
"-¿No te gustaria tener niñitos pequeños iguales que yo?-" le dice mi padre a mi madre, haciéndola reír como me había pasado a mí.
"-Estás loco, Gabriel... Somos muy jóvenes para hijos...-" mi madre se seguía riendo. Mi papá la miraba ilusionado.
"- Nos amamos y estaría muy orgulloso de ti, mi cielo...-" él acariciaba su cabello con amor, mientras estaban sentados en lo que parecía, la casa de campo de mis abuelos
- Joe, espérame un minuto... Quiero escuchar algo.
- Bueno, linda.
La conversación seguía:"- Bueno, si no quieres hijos, por lo menos... ¿Te casarás conmigo?"
Cuando escuché eso, se me vino a la mente lo ocurrido, lo mismo ocurrido con Joe en el campo, muriéndome de tristeza, sabiendo que la historia de mi madre la estaba felizmente repitiendo.
-¿Amor?- escuché del otro lado del teléfono.
La escuché llorar a Victoria, mientras de fondo se escuchaban voces o una canción, ni sabía qué era, pero la había escuchado muy mal a mi novia.
- ¿Estás bien, cariño?
- No sabes lo que te amo- dijo de la nada, llorando más fuerte.
- Yo también te amo... Pero a qué se debe tu llanto, mi ángel- le dije dulcemente.
Ella tomó aire:- ¿Dónde te encuentras ahora?
Eso me extrañaba:- En el camo de mi tía ¿Por qué lo preguntas?.
- Cariño... Quiero volver...
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